Venganza.

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Narra Elizabeth.
Abrí mis ojos despacio, intente estirar mi cuerpo, pero al sentir que había pateado a alguien me levante de un brinco.

Era Meliodas, quien después de golpearlo accidentalmente pareció despertarse, el se sentó en la cama con cara somnolienta.

Elizabeth: ¿Estas bien?-pregunte preocupada.

Meliodas: Si amor no te preocupes.-sonrió y soltó un largo bostezo.-¿Que hora son?

Elizabeth: Son.. -agarre mi celular y lo prendi para ver la hora-las 9 exactamente. ¿Quieres desayunar? Yo tengo un poco de hambre.

Meliodas: Claro, vamos abajo.-se estiro y salió de la cama, poniéndose sus zapatillas. Yo busque un abrigo en mi closet, ahora que paso el verano, en las mañanas hace más frió. Salí de mi cuarto y baje las escaleras, me dirigí a la cocina, decidí comer huevo grito con tostadas junto a jugo de durazno. Espero que a Meliodas le guste, al terminar de servir la comida, me extraño que Meliodas aun no bajara.

Elizabeth: ¡¡Meliodas!!-lo llame alto, sin obtener respuesta subí de nuevo a mi habitación. El estaba.. ¿Oliendo mi camiseta? Se me hizo algo gracioso ver como se sonrojaba y sonreía como bobo.

Elizabeth: ¡Te atrape pervertido!-grite señaladondolo con el dedo, el al escucharme dio un brinco y tiro mi camiseta a la cama. Yo tenia una gran sonrisa de burla, ¡Me la podre cobrar! Ayer el se la paso haciéndome sentir nerviosa y avergonzada. ¡Jajaja! ¡Venganza!

Meliodas: E-elizabeth esto no es lo parece, yo solo.. ¿Miraba tu ropa?-eso sonó más a una pregunta que una afirmación. Puse mis manos en mi cadera y lo miré divertida.

Elizabeth: ¿Mirando mi ropa? ¿En serio? Porque si es así, parece que tu miras con la nariz.-trate de aguantar una carcajada pero ya sin poder se me salio. Cuando me detuve el parecía balbucear cosas.

Elizabeth: Meliodas-el me miro-no tienes porque mentir, la verdad no me molesta que hayas estado oliendo mi ropa-sonrei y el igual.-mejor vamos a desayunar, ¿Si?-asintió y bajamos juntos, terminamos de comer y el se ofreció a lavar los platos, lo cual yo me negué y le dije que yo lo haría más rato. Después de tanta insistencia se rindió y ya no dijo nada. Me reí un poco.

Elizabeth: Tampoco te pongas asi amor-puse cara triste-mejor porque no hacemos algo, ¿Que dices?

Meliodas: Bien, ¿Porque no vamos a joder a nuestros amigos? Hasta que vengan tus hermanas.-Sonreí y accedí, el marco a Ban para que llamara a los demás. El punto de encuentro sería mi casa... Cuando Diane sugirió eso no pude negarme, además que la quería conocer y hacer pijamada o algo así jaja. Lo bueno es que no tendré que moverme de aquí, soy una floja sin cura.

Elizabeth: ¿Crees que ya lleguen?-pregunte mientras acarciaba sus cabellos, el estaba recostado en mis pechos, estábamos acostados en el sofá de mi sala.

Meliodas: Supongo que si, aunque preferiría quedarme así contigo.-cerro los ojos sonriendo.

Elizabeth: Ay amor quien te entiende, los llamas y luego no quieres que vengan. Medio indeciso eres.-Sonreí divertida.

Meliodas: No soy indeciso.. creo.. la cosa es que de algo si estoy seguro, ¿Sabes que es?

Elizabeth: No lo se, tu dime.

Meliodas: De que te amo con todo mi ser Elizabeth, eres mi diosa.-automáticamente me sonroje y deje de acariciarlo para quedarme en silencio.

-automáticamente me sonroje y deje de acariciarlo para quedarme en silencio

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¿Tu eres diferente?(Melizabeth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora