Nervios.

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Narra Elizabeth.
Miraba como Meliodas levantaba la mirada con lentitud. Sus hermosos ojos esmeraldas, ahora parecian de color negro, la sonrisa de el me dio un pequeño escalofrío. Sin embargo, no entendía el porque de lo que estaba viendo, parecía una persona diferente de la que recordaba. Lejanamente esa mirada me hizo recordar a esa ves que por estúpida lo provoque pero no sabia que hacer ante eso. Simplemente decidí hablar y no tartamudear por lo nerviosa y confundida que estaba.

Elizabeth: Hola Meliodas, ven pasa.-me moví de la puerta esperando que el ingresé. Esperó unos minutos y el finalmente paso con la mirada gacha.

Meliodas: Vamos a tu habitación..-eso sonó más a una orden y sin saber que decir sólo asiento y subo las escaleras, el me seguía por detrás, el camino fue puro silencio.

Llegamos y abrí la puerta con lentitud, avance y me senté en mi cama seguida de mi novio.

Elizabeth: Entonces.. ¿Vas a decirme que pasa?-pregunte directamente. Aunque al principio haya estado nerviosa y todo, el ambiente me empezó a molestar.

Meliodas: ¿Que es lo que pasa?-pregunto de manera.. ¿Sarcastica?

Elizabeth: Si eso te acabo de preguntar. ¿Que pasa?-respire hondo.

Meliodas: Pasa que estaba esperando afuera y veo como mi novia llega y su estúpido amigo se acerca a su oreja a susurrarle no se que cosa.

¿Estaba afuera pero en que momento? No lo vi..
Esta celoso, tal ves tenga razón, Arthur se me acerco mucho pero no tuve la culpa, además sólo  se despidió.
Mire a Meliodas que tenía la cara seria y me miraba atentamente.

Elizabeth: ¿Estas celoso?-pregunte lo obvio, solo quería asegurarme.

El sonrió y se acerco más a mi, fue directamente a mi cuello, su respiración estaba tan cerca..
¡No Elizabeth! ¡Comportate! Piensa en..

Meliodas: Si lo estoy Elizabeth, no desconfió de ti pero la escena sólo se repite en mi maldita cabeza..-su voz cambió a la de antes, la normal que siempre oía cuando me hablaba dulcemente. No la áspera e intimidante que tenia hace un momento.
Yo lo entiendo perfectamente. No es para nada agradable cuando alguien que no seas tu se acerca demasiado a tu pareja. Quieras o no tienes que sentir algo..

La imagen de Zaneri tocando la mejilla de Meliodas y muy cerca de su cara apareció de repente en mi mente, sentí como la impotencia y los celos se instalaban en mi ser. Ese día no hice ni dije nada.. Sin querer todo eso volvió en mi recordando como Arthur me acompañaba cuando me sentía así. Desde la primera ves que me paso..
Los celos ya estaban de nuevo en mi y no sabía que hacer esta ves.

Me quede callada esperando que el vuelva a hablar pues la palabras no parecían querer salir de mi boca.

Meliodas: Elizabeth-su voz era tan demandante que lo mire a los ojos, notando que nuevamente parecían ser de color negro. Otra ves los nervios me atacaron pues la mirada de mi novio me erizaba la piel.

Elizabeth: Te entiendo Meliodas y que sepas que también sentí lo mismo que tu muchas veces solo que no lo quería decir.-respondi a secas, no pensé que mi tono saldría así.
Esperé ver alguna reacción en el, pero solo se le formo una sonrisa complacida. ¿Se estaba burlando? Con una mano empecé a buscar alguna de mis almohadas para tirarsela a la cara. Pareció ver mis intenciones y rápidamente tomo mis manos para juntarlas. Intente forcejear pero claramente el tiene más fuerza que yo, sin embargo me quedan las piernas. Este misterio me estaba empezando a hartar.

¿Tu eres diferente?(Melizabeth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora