Narra Marta
Lucas tocó la puerta, no tardaron mucho en abrir, cuando vi el rostro de la mina me quedé paralizada, ella estaba igual, pocos segundos después nos abrazamos con todas nuestras fuerzas, yo estallé de lágrimas, no podía creerlo.
—ay Andrea no me puedo creer que te esté viendo— le toqué la mejilla y esbocé una sonrisa.
La volví a abrazar.
—pero...¿Que haces acá? Acaso...— la interrumpí.
—no, no estoy muerta, tengo algo que me puede transportar acá— le enseñé mi colgante.
—Pasen, y cuéntenme todo— dijo y asentimos.
Me senté en cualquier sitio y ella nos ofreció un té, estaba ardiendo, así que lo dejé enfriar porque me gusta más el té frío.
—¿como estuviste todo este tiempo?— me preguntó.
—después de lo tuyo estaba muy triste y deprimida, no hablaba con nadie, lo único que tenía eras vos Andrea— ella puso una cara de lástima— pero conocí un pibe que bueno, el me ayudó bastante y me hacía sentir mejor.
—¿Y quien es ese pibe?— preguntó Lucas.
—el se llama Lucho— respondí y Lucas parecía sorprendido.
—¿Que pasa?— dije extrañada.
—nada, no pasa nada— yo seguí hablando con Andrea.
También le conté que podría venir a visitarla cada día a las doce de la noche.
Estaba muy feliz, realmente no sé si todo esto es un sueño o me está ocurriendo de verdad, solo se que me encanta.
Narra Luciano
—Lucho ¿ porque no le enseñamos la ciudad?— ay no yo le dije a Marta que me llamaba Lucas.
—Lucho?Andrea mi nombre es Lucas— le guiñé un ojo para que me siga el juego. Ella me miró extrañada pero luego recapacitó.
—ay si disculpa, me confundí, que tarada soy— soltó una risita nerviosa.
—bueno, vamos a enseñarle la ciudad— dije y nos paramos.
—antes de salir necesito ir al baño— dijo Marta, Andrea le indicó donde estaba y yo aproveché para decirle lo del nombre— le dije que me llamaba Lucas porque si descubre mi identidad se quedaría atrapada acá ¿No recordas eso?
—si, es cierto, se me olvidó.
Cuando Marta volvió le enseñamos la ciudad y donde estaba cada cosa.
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