Narra Marta.
Después de haberlo hecho en el sofá nos colocamos la ropa de nuevo, me acomodé el pelo y me dirigí a la cocina por algo para tomar. Le serví un vaso con bebida a Lucho y otro para mí.
—lu sos la razón por la que sigo acá— dije sonriendo sin mostrar los dientes.
—¿a que te referís?— dijo confundido.
—¿recuerdas que te dije que puedo ir al infierno?— el rodeó los ojos y asintió.
—si bueno, supuestamente si.
—¿Porque no me crees? No te estoy mintiendo— dije frunciendo el ceño.
—bueno contame.
—hay un demonio que está por encima de todo, el es el rey. Creo que siente algo por mi y me ofreció quedarme a vivir en el infierno.
—¿y dijiste que no por mi??— asentí sonriendo—¿ y si no fuera por mí te quedarías ahí?— asentí de nueno, sonrió y dejé un pico en su boca.
Narra Lucho.
No se imagina Marta la sorpresa que se llevará esta noche cuando regrese al infierno. Estaba demasiado feliz y contento por lo que iba a pasar, y también un poco nervioso.
...
Estuve pasando la tarde en casa de ella hablando de boludeces y tomando mate.
—bueno...¿Y que somos? ¿Estamos juntos no?— pregunté con una risita nerviosa.
—si—sonrió.
Tipo nueve y media me marché de su casa.
Narra Marta.
Cuando Lucho se marchó cociné una sopita para cenar y luego me quedé revisando mis redes y viendo la televisión hasta las doce.
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Perdón ya se que es cortito.
