04. Si te atreves

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Holu otra vez, gracias por pasarse a leer <3 hoy continuamos con el cuarto día de la week. Si, ya sé que voy súper tarde, pero lo voy a completar igual porque no lo quiero dejar a medias xd

El día de hoy, la idea que tomé fue la de “clothes sharing”, espero que les guste.

Ya saben, los personajes no son míos, son de Haruichi Furudate.
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La lluvia había azotado con violencia toda la ciudad, resultando subestimada para todos los que creían que a finales de invierno no deberían ser tan potentes, como Akaashi pensó, por ejemplo.

Su sombrilla salió volando aquel miércoles a la salida de la academia, obligándolo a perseguirla bajo la tormenta y empapándolo de pies a cabeza en cuestión de segundos. No contó con que el viento soplaba demasiado fuerte, puesto que a su contra era muy probable que la sombrilla se diera vuelta y junto con su casi seguro susto, el maldito objeto se le escapara de las manos. Bufó cuando su suerte se convirtió en la peor al ver como su sombrilla quedaba enterrada en las ruedas de un auto que viajaba a toda velocidad por las calles de Tokio.

Keiji se mantuvo quieto aún debajo de la lluvia, de todas formas ya se había empapado y probablemente si intentaba evitarla sería totalmente en vano. Dio pie para volver a su casa con cara de pocos amigos, sabiendo que en cuanto cruzara el umbral de la puerta sería acribillado por una montaña de preguntas y reclamos respecto a su condición y descuido en partes iguales. Eso creía hasta que la voz de Bokuto a la distancia parecía haberse escuchado como un llamado al milagro del siglo; sorprendentemente, el hombre más descuidado que había llegado a conocer traía bajo su cabeza una sombrilla para cubrirse de la lluvia.

— ¡Ah, Akaashi! No vayas por ahí sin sombrilla, te puedes empapar —Akaashi notó como el mayor lo había incluido dentro de su refugio sin dudarlo ni una sola vez, le tomó un par de momentos en los que ninguno habló para darse cuenta de que realmente Keiji estaba totalmente mojado. Como Akaashi imaginó, Koutaro soltó un alarido por ello — ¿No trajiste sombrilla?

—Sí, la traje. Pero... —Apenas señaló en dirección a la calle para que el capitán de Fukurodani volviera a gritar una vez más al notar el cadáver que alguna vez sirvió para cubrir a la gente de las gotas que caían del cielo. A Keiji le sorprendía que nadie se asustara por los gritos del contrario, no sabía si sentirse aliviado o avergonzado al creer que quizás se habían acostumbrado a los gritos del estudiante de tercero.

—Uhg... Tu mamá no va a estar feliz cuando te vea así, Akaashi —Bokuto giró su vista para devolverla a su compañero, y se preocupó en cuanto notó la cabeza levemente inclinada hacia abajo que intentaba ocultar la tristeza inminente en su rostro. Notó como sus manos se juntaban y ahora Akaashi tocaba sus dedos por pura inercia, un acto que había visto varias veces desde que lo conoció cada vez que el moreno tenía alguna preocupación que no podía exteriorizar del todo bien. Supo entonces que había metido la pata en cuanto nombró a la madre de Keiji. La señora no era una mala madre, contrario a ello, se preocupaba por su hijo e incluso respetaba su espacio personal en ocasiones en las que no podía o creía que no debía intervenir, un caso peor era su padre, el cual muy pocas veces había visto en persona y mucho menos escucharlo hablar en lo absoluto. Ambos demasiado silenciosos para el gusto de Koutaro, quien estaba acostumbrado a una familia ruidosa y animada hasta el punto de ser pegajosa y extremadamente cariñosa con sus allegados. Su mente se iluminó por un instante — ¡Ya sé! Ven a casa.

— ¿A tu casa? ¿Así?

— ¡Sí! Te presto algo mío mientras secamos tu ropa en el lavadero. Mamá tiene una sombrilla de más que ya no usa, pero es de otro color... Espero que no te importe eso —Bokuto comenzó a sobar su nuca en cuanto vio la mirada de Akaashi elevarse para hacer contacto directo con la suya. No pudo evitar mirar a otro lado en cuando notó las sutiles gotas de lluvia deslizarse por la piel contraria, hidratando sus pestañas, mojando sus mejillas, resbalando por su cuello...

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