06. Luz y Oscuridad

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Holuuu, vengo pidiendo disculpas por la tardanza, tengo algunos problemas que no me dejan tiempo libre para escribir xd

Para el día seis elegí "Alternative first meeting AU”. Esta historia es una versión de cómo se conocieron Bokuto y Akaashi en otra historia que estoy planeando, pero que rechacé porque creo que la que elegí pega mucho más con el ambiente que esta. Sin embargo, considero que esta versión también es muy buena como para dejarla en el olvido, así que aprovecho para ponerla acá.

Ya saben, los personajes no son míos, pertenecen a Haruichi Furudate.
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—Yo que tú no le hablaría.

— ¿Por qué no?

—Bueno... Escuché que está maldito.

Definitivamente no era la primera vez que se escuchaban rumores alrededor de su presencia. Algunos mucho más locos que otros, pero nada muy lejos de la realidad; Akaashi Keiji había nacido con un poder muy especial, que de especial no tenía nada bueno. Si hubiese podido elegir, Akaashi no hubiese querido nacer con un privilegio así.

Si hubiese podido elegir, Akaashi hubiese deseado no haber nacido.

— ¿Por qué de repente vinieron tantos chicos nuevos?

— ¿No sabías? El orfanato de la ciudad vecina se calcinó por completo.

— ¿Tiene que ver con la maldición de ese chico?

De todas partes resonaban, en las voces tanto de infantes y adultos, los rumores del niño maldito que atraía la mala suerte. Aquel cuyo destino había viajado por decenas de orfanatos y hogares de los que posteriormente fue echado por infortunios de diversos tipos. Desde incendios hasta plagas enormes y enfermedades que se creían extintas, nada lo había afectado a él, solo a quienes se acercaban a Keiji.

— ¿Has visto sus ojos?

— ¿Qué tienen? Son lindos.

— Si los miras por mucho tiempo veras pesadillas horribles.

Keiji quería creer que con el paso del tiempo se había acostumbrado al maltrato y al miedo que autogeneraba su existencia sobre el mundo, pero la verdad es que él no era más que un niño como todos, que podía reír y llorar pero había olvidado como mostrar emociones por miedo al rechazo continuo hacia su persona. Tantas habían sido las desgracias a su alrededor que realmente creía que los rumores eran ciertos y que el era el causante de todas las cosas malas que sucedían si estaba presente. Había llegado al punto de convencerse de que si se quedaba quieto probablemente nada sucedería y así evitaría que alguien salga lastimado por acercarse a él.

Akaashi estaba harto de no pertenecer a ningún lugar. Apenas había llegado hace unos días y las anécdotas sobre él se habían esparcido por el orfanato como pan caliente en una mañana invernal. No quería seguir destruyendo hogares, solo quería amigos y jugar junto con otros niños como los demás. Su habilidad lo había privado de todo aquello desde que tenía memoria. Estaba condenado a transitar por un mundo que el resto desconocía, estaba condenado a permanecer en la oscuridad por el bien de quienes habitaban a su alrededor.

— ¿Tú eres el niño emo del que todos hablan? —Habían veces. Veces en las que las personas se acercaban a él por pura curiosidad, y veces en las que se acercaban para molestarlo solo porque los rumores sobre él opacaban la popularidad que otros niños ansiaban tener y dicha envidia los llenaba de rabia. Akaashi no entendía qué era lo bueno que había en su poder realmente —No te tengo miedo ¿Sabes? No creo en nada de lo que los demás dicen de ti. Deben ser puras patrañas que te inventas para hacerte el interesante.

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