09. Tarta de manzana

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Holu ¿Cómo están? Acá ando yo hablando sola(? Aaa llegamos al final de este conjunto de historias, la verdad es que no tengo más ideas y me voy a tomar un descanso laaargo antes de volver a escribir porque ya tengo la cabeza muy quemada y no la estoy pasando muy bien emocionalmente :b

Este último capítulo lo escribí con mis últimas ganas de vivir básicamente, así que probablemente esté muy mal hecho, espero que a pesar de eso les guste. La última idea que elegí fue "cooking" + "Free Day" como cumpleaños de Akaashi.

Ya saben, los personajes no son míos, pertenecen a Haruichi Furudate.
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Aquel día era un cinco de diciembre como cualquier otro, o quizá no tanto, teniendo en cuenta que el departamento de Bokuto estaba mil veces más pulcro comparado a como siempre se encontraba.

Sí, aquel cinco de diciembre había comenzado como un día increíblemente normal, pero para nada era un día como cualquier otro; era el cumpleaños de Akaashi, su pareja.

Habían formalizado hace exactamente cuatro años, luego de aquella reunión después de mucho tiempo sin mantenerse en contacto por diversas ocupaciones que los dejaban a ambos muy cortos de tiempo o llevados al límite hasta el punto de no querer socializar fuera de cualquier círculo que no sea el de sus respectivos trabajos. Cuando tuvieron tiempo de dedicarse a reestablecer sus contactos con amigos viejos de la preparatoria y demás, Bokuto y Akaashi sopesaron la idea de intentar acercarse uno al otro nuevamente como aquellos días en los que apenas eran unos adolescentes llenos de energía y tiempo libre para ocupar sus mentes en cosas que no tuvieran que ver solo con el estudio.

En cuanto decidieron salir juntos apenas unas pocas veces, sus amigos no tardaron en enterarse y al final hasta Oikawa Tooru sabía de la existencia de la parejita que todos querían ver noviar desde hace mucho tiempo.

A pesar de inundar de rosa la pequeña historia de sus vidas, parecía que la pareja perfecta tenía un pequeño defecto que ninguno de los dos comprendía exactamente bien; Cada uno de los cumpleaños que Akaashi recibía se convertían en desastres tras desastres, creados originalmente por las ideas alocadas y fuera de contexto que Bokuto recibía, ya sea de su propia cabeza o por voz de su mejor amigo y camarada, el gran Kuroo Tetsurou.

Bokuto se había jurado a si mismo que este año no permitiría por nada del mundo que cualquier cosa arruinara el cumpleaños de Akaashi. Eso significaba, nada de cajas sorpresas con resortes, nada de bailes sensuales arriba de la mesa de cristal, nada de alcohólicos que saltaban por el balcón creyéndose aves y absolutamente nada de partidos de Vóley dentro de la casa que rompieran el frasco con las cenizas de la abuela.

Sería una fiesta normal, común y corriente, sin sorpresas imprevistas y sin accidentes que terminaran con visitas al hospital.

Ahora mismo, Bokuto se encontraba frente a la cocina con lo que parecía ser el cadáver chamuscado de una tarta de manzana. Kuroo se situaba a su lado, con la mirada impenetrable. Se les había ocurrido la idea de cocinar algo casero para compartir porque, según Tetsurou, la comida casera sabía mil veces mejor al tener el ingrediente especial del que carecían las otras comidas. A Bokuto le pareció algo lo suficientemente fácil y normal para ejecutar, así que desconociendo que podían hacer, le preguntaron a Kenma que era lo que le gustaría comer y sin desviar la mirada de la consola, él solo respondió —Tarta de manzana.

Lo que parecía en un principio ser un trámite de ida y vuelta se convirtió en solo ida; la masa de manteca, harina y azúcar había quedado demasiado dura y por lo tanto el huevo y la leche no se habían incorporado bien a la mezcla. La manzana, sin embargo, era más puré que fruta puesto que la habían cortado demasiado fina y al momento de cocinarse se deshizo entre el túmulo de líquidos que aún nadaban sobre la masa granulada.

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