05. Abrigo

416 43 0
                                    

Holuuuu, continuamos con el día número cinco de esta colección de escritos que sale de mi estresada mente (estoy hasta los huevos de pensar ayuda esto no es un meme) y la idea que elegí hoy fue “Huddling for warmth”, espero que les guste
Ya saben, los personajes no son míos, pertenecen a Haruichi Furudate.
_________________________________________________________________________

Keiji suspiró por cuarta vez en lo que llevaba del día, frotó sus manos con rapidez y expulsó el aire de sus pulmones sobre ellas; definitivamente había subestimado el mes de Agosto. Claro que se había adelantado un poco al llevar bufanda, pero aquello no negaba para nada que aquel día las temperaturas fueran mucho más bajas de lo que creía al principio. Su uniforme no era lo suficientemente abrigado y había descartado el llevar una chamarra porque no quería cargar más peso del que ya tenía.

Bufó molesto; el clima de la televisión cada día era menos preciso, pensaba. Frotaba sus brazos y escondía parcialmente su rostro bajo la bufanda de color claro, intentando ser positivo al creer que en cuanto llegue a la academia tendría menos frío.

— ¡Akaaaashi! ¡Espérame! —La voz inconfundible hizo presencia en el gélido escenario, las luces del mundo de Keiji se encendieron fulminantes; Bokuto Koutaro corría para alcanzarlo otra mañana, para alcanzarlo a él, a un simple ser ordinario.

Sus ojos se abrieron parcialmente más de lo normal mientras detenía su paso y giraba a verlo; Bokuto no llevaba puesta una chamarra, ni bufanda, ni siquiera gorro. Solo era su uniforme abierto de par en par y sus mangas recogidas como siempre. Ajeno a todo tipo de frío, como si fuera una llama ardiente que absolutamente nada le dañaran aquel tipo de cosas.

—Bokuto-san. Buenos días. —saludó, despegando apenas el rostro de la bufanda para sonreírle, intentando normalizar los latidos en su pecho y rogando porque su sonrojo no se notara anormal a simple vista.

— ¡Buenos días, Akaashi! —Ah, ahí estaba; aquella sonrisa. El vapor saliendo de sus labios ampliamente curvados en una luminiscencia propia de una estrella que se robaba la atención de cualquiera que estuviese viendo a la luna, mucho más brillante por razones simples, más sin embargo, carente del carisma que al pequeño cuerpo celeste le sobraba. Keiji sonrió por inercia ante su pensamiento, Koutaro se extrañó al notar la diferencia de vestimentas. — ¿Estás bien, Akaashi? ¿Te resfriaste?

Akaashi negó, dejando escapar una risa de entre sus labios. —No. Solo tengo algo de frío ¿Usted no siente nada?

—Nop. ¡Estoy perfectamente bien! ¿Tanto frío hace? —Sí, Keiji volvió a reír. Una sonrisa tan cristalina, tan pura. Bokuto podría observarla por años y nunca cansarse de ella. Volteó para dar un paso al frente, Koutaro lo siguió, sin dudar. Comenzaron a caminar rumbo al instituto, pero en ningún momento dejaron de observarse, inmersos en su pequeño mundo personal, donde los protagonistas eran solo ellos dos.

—Bueno, sí que hace bastante frío. Al menos para mí, que soy bastante friolento. Quizás en su caso no sea igual, y por eso... —Una ráfaga lo interrumpió en su diminuta explicación, obligándolo a contraer su cuerpo y cerrar sus ojos con fuerza, conteniendo un escalofrío.

Koutaro vio los cerezos volar alrededor de su compañero, danzando al ritmo del viento, notó su nariz levemente rosácea, sus cabellos morenos y desalineados revolotear al compás de los pétalos, el delicado rostro escondiéndose bajo el calor de su bufanda. "Tan lindo" pensó, permitiéndose un momento para olvidarse de la realidad.

Ni siquiera supo en qué momento se acercó hasta él para estrecharlo entre sus brazos, cerrando sus ojos ante la vergüenza que le provocaba acercarse de más al chico que se había vuelto tan importante para él con el paso del tiempo. Akaashi no se movió al principio, aun procesando lo que estaba sucediendo, sintiendo su rostro arder, comenzando a creer que la bufanda era innecesaria comparada al propio calor que ahora emanaba su rostro.

— ¿Así está mejor? —preguntó el capitán de Fukurodani, apoyando el mentón sobre el hombro de su armador, nervioso por todas partes, reticente a demostrarlo, sin embargo. Akaashi respondió al contacto luego de algunos segundos. Se sintió como un toque verdaderamente suave por su parte, como si temiera que algún movimiento brusco rompiera el momento. Miró al cielo antes de cerrar sus ojos con suavidad y desvanecerse entre el aroma varonil que emanaba el hombro contrario. Sonrió; no quería temer, ni siquiera moverse, quería quedarse allí y disfrutar del calor ajeno hasta que su corazón deje de latir como lo estaba haciendo.

—Sí, así está mejor. Muchas gracias.

Los cerezos aún revoloteaban alrededor de la pareja, su color brillante e hipnotizador asomaba entre los destellos que los primeros rayos de sol lograban colarse entre las copas de la arboleada. Los sonrojos se asomaban en los rostros de ambos y el nerviosismo estaba a flor de piel. Las cosquillas internas, la adrenalina, los latidos violentos, nada de eso importaba ahora que se habían atrevido a dar un paso al frente y demostrar el cariño que no se atrevían a expresar. Las palabras no eran necesarias en aquel momento, solo el hecho egoísta de utilizar como excusa la falta de calor para reabastecerse juntos de él.

No eran necesarias ni siquiera para los demás compañeros de equipo que habían llegado hace rato y ahora apenas asomaban sus cabezas detrás de los arboles con sonrisas complacientes y llenas de suficiencia, admirando desde lejos como la parejita predilecta del equipo demostraba su amor en público y sin importarles lo que los demás pudieran llegar a pensar. Konoha suspiró y amplió su sonrisa junto a los demás; tanto azúcar le daba náuseas, pero no podía evitar pensar que era algo hasta tierno de apreciar si se trataba de ellos dos. El amor estaba en el aire, después de todo. 
_________________________________________________________________________

Les doy las gracias por pasarse a leer, me ayuda mucho a seguir adelante. De verdad espero que les esté gustando porque si no, soy capaz de tirar todo a la basura dea
Nos vemos en el próximo ¡Un saludo!

WorldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora