¿Crees que es fácil cuidar niños? Para _________ no lo era, ya que nunca en su vida había cuidado uno.
¿Pero qué tal si tiene que cuidar a cinco chicos? ¿Y si son todos adolescentes? ¿Y si le comienzan a gustar los cinco a la vez?
No, ella nunca i...
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—¡Chanyeol! ¿¡Qué te pasó?! ¿¡Qué haces aquí?! —grité desesperada.
—Ayú-dame —murmuró pero en segundos su cuerpo se aflojó.
—Chicos, ayúdenme a llevarlo a casa —les pedí mirándolos uno por uno—. Por favor.
Ellos asistieron decididos, asunto manera claro. Luego Soobin se acercó a mi amigo y lo sostuvo de un lado mientras que Taehyun hacía lo mismo del otro lado.
—Oye, ¿estás despierto? —pregunté suavemente a Chanyeol mientras le daba una leve palmada en el rostro.
Al no conseguir una respuesta, suspiré cóm pesar.
—¿Por qué crees que estaba ahí? —preguntó Beomgyu confundido.
—No lo sé —respondí pensativa—. Pero no parece ser tan grave, por suerte.
—Tiene la cara llena de moretones, hasta sus manos están de un color violeta —observó Taehyun con una ceja levantada.
—¿Qué insinuas? —pregunté entrecerrando los ojos.
—Quizás trató de defenderse —explicó él levantando los hombros.
—Piénsalo, ¿cómo más podría haberse hecho eso? —comentó Yeonjun inquieto.
—Sí, está bien, tal vez tengan razón... ¿Pero defenderse de quién? ¿Por qué lo golpearían así, en primer lugar?
—¿No sería mejor esperar hasta que él te lo diga? —sugirió Soobin.
—Tienes razón...
Mis manos temblorosas me impidieron meter la llave en su lugar para abrir la puerta de casa, por suerte Beomgyu puso su mano sobre la mía y me ayudó a abrirla como si se tratase de la cosa más fácil del mundo.
Los chicos dejaron a Chanyeol en el sillón más grande recostado y yo me acerqué a él.
—Kai, trae el botiquín del baño, por favor —le pedí y salió corriendo al tiro—. Yeonjun, ¿podrías traer un vaso de agua?
—Lo que sea para la dama —respondió él con unguiño de ojo y se fue.
—Beomgyu, ¿podrías alcanzarle una manta? —pregunté y salió disparado por las escaleras.
En menos de un minuto ya tenía todo lo que necesitaba.
—Gracias por ayudarme a traerlo, chicos... No sé qué habría hecho sin ustedes.
Lenta y suavemente acaricié la frente de Chanyeol con mucho cuidado de no asustarlo. Se movió ligeramente y poco a poco fue abriendo sus ojos.
