¿Crees que es fácil cuidar niños? Para _________ no lo era, ya que nunca en su vida había cuidado uno.
¿Pero qué tal si tiene que cuidar a cinco chicos? ¿Y si son todos adolescentes? ¿Y si le comienzan a gustar los cinco a la vez?
No, ella nunca i...
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—¿Y ahora quién es? Ah... Eres tú...
—Hola —saludó él con la mano y un gesto de incomodidad.
«Cierto, el asunto con Jaemin...»
—Espera un segundo —le dije y entré nuevamente para buscar mi celular. Una vez que lo miré para asegurarme de la hora, salí cerrando la puerta detrás mío.
—¿A dónde vamos? —preguntó Jaemin mirándome.
—¿Qué te parece al café de aquí cerca? —sugerí sin mucho interés—. Ya sabes, no quiero que los chicos escuchen.
—Me parece bien...
Caminamos en silencio hasta el café que le había nombrado, que era muy acogedor por cierto, y elegí una mesa en el fondo del local para que nadie nos interrumpiera.
—¿Y bien? Explícate, ¿qué quisiste decir con ese mensaje?
—Bueno, no voy a alargar más esto pero creo que deberías saberlo... —comenzó él sin mirarme, verdaderamente nervioso.
—¿Saber qué?
—Yo ya conocía a Lucas. Y él... Bueno, a veces puede ser muy manipulador. ¡Yo pensé que estaba en sus cinco sentidos pero...! Me manipuló para creer que estaba cuerdo...
—¿De dónde lo conocías? —pregunté confundida.
—Fuimos juntos a la primaria y seguimos siendo amigos en secundaria —explicó brevemente, mirándome súper apenado.
—¿Tú sabías de su trastorno?
—Los supe hace como seis meses. No podía creer que fuese cierto y me rehusé a creerle por un tiempo. Pero luego me di cuenta de que sus “cambios de humor” eran demasiado severos y supuse que era cierto...
Lo miré sin decir nada esperando que dijera algo más.
—Cuando su “otro yo” aparecía, era rebelde, manipulador, un completo psicópata... Me preguntó por ti unos días después de que yo te conocí.
Me tensé en mi asiento.
—Yo le dije dónde vivías —confesó apartando la mirada—. Pero, como te dije, pensé que estaba en sus cinco sentidos y además me pareció muy extraño que te conociera porque su “verdadero yo” es muy tímido y reservado y nunca hablaba con chicas...
—¿Y por qué le dijiste mi dirección? —insistí aún sin entender—. Ya se había comportado como un acosador antes, pero tú fuiste su cómplice. Literalmente le hiciste el trabajo diez veces más fácil.
—¡Me manipuló, lo juro! Dijo que te había conocido cuando estabas con los chicos...
—Lo cual no es mentira... —dije recordando la noche en la que Soobin y Yeonjun escaparon a la fiesta.
