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El argumento ontológico es un argumento filosófico a favor de la existencia de Dios que utiliza la ontología. Muchos argumentos entran en la categoría de lo ontológico, y tienden a involucrar a los argumentos sobre el estado de ser o existir. Mas específicamente, los argumentos ontológicos tienden a comenzar con una teoría a priori sobre la organización del universo. Si esa estructura organizacional es verdadera, el argumento proveerá las razones por las cuales Dios debe existir.

De acuerdo con Avicena (980-1037), el universo consiste en una sucesión de seres contingentes (pueden ser y no ser, no es necesario que lo sea), y cada uno es responsable de la existencia del resto de seres por debajo de él. Dado que rechaza la infinitud de dicha concatenación, afirma que dicha sucesión ha de tener un principio, en el que sitúa a un único ser cuya esencia es su propia existencia, y que por tanto es autosuficiente y no necesita de ningún otro ser anterior que le confiera existencia. Dado que tal ser, al que llama Dios, no es contingente, sino necesario y eterno por sí mismo, satisface la condición de ser la causa necesaria de toda la concatenación de entidades.

El primer argumento ontológico en la tradición cristiana occidental fue propuesto por Anselmo de Canterbury (1033-1109) en su obra de 1078, Proslogion. Anselmo definió a Dios como "aquel del que nada más grande (que él) puede ser pensado", y argumentó que este ser debe existir en la mente, incluso en la mente de la persona que niega la existencia de Dios. Sugirió que, si el mayor ser posible existe en la mente, también debe existir en la realidad. Si solo existe en la mente, entonces un ser aún mayor debe ser posible: uno que existe tanto en la mente como en la realidad. Por lo tanto, este ser más grande posible debe existir en la realidad.

Anselmo no dice que porque lo piensa le ha dado la existencia, sino por el contrario, que lo piensa porque existe. Pensar para Anselmo no es azar, sino una facultad otorgada con un sentido, útil para descubrir, entender la realidad, conocer a Dios.

El primer crítico del argumento ontológico fue un contemporáneo de Anselmo, Gaunilo de Marmoutiers (994-1083). Utilizó la analogía de una isla perfecta, sugiriendo que el argumento ontológico podría ser usado para probar la existencia de cualquier cosa.

Gaunilo invitó a sus lectores a pensar en una isla perfecta, que, según él, es altamente probable que no existiese. Pero, según el argumento de San Anselmo, tal isla debería existir, porque de lo contrario no sería del todo perfecta ya que solo existiría en nuestra imaginación. Y, a pesar de esto, la Tierra no alberga tal isla, de la misma forma que Dios no tiene por qué existir.

En el racionalismo, el argumento de Anselmo de Canterbury fue acogido en un ambiente favorable para su desarrollo, debido a la habitual construcción de sistemas filosóficos mediante solo la razón (a priori). En el empirismo, no se le ha considerado como un argumento sólido a causa de que admite la existencia de algo sin ser verificable mediante la experiencia.

San Buenaventura (1221-1274) prueba la existencia de Dios partiendo del mundo sensible, de un mundo donde los seres son finitos, e imperfectos, pero aun con estos argumentos parecen insuficientes para probar la existencia de Dios, es decir, Buenaventura no desarrolla sus argumentos sistemáticamente elaborados y las razones no son suficientes, pero aun así Buenaventura confía en la convicción de que la existencia de Dios es por medio del alma y la reflexión en ella. Piensa que si existe lo finito, existe lo infinito y, si existe lo imperfecto, existe lo perfecto. Para Buenaventura la "idea de imperfección presupone la idea de perfección [...] sirve simplemente para recordar al alma o llevar a esta a una más clara conciencia de lo que en cierto sentido le es ya evidente y conocido".

Tomás de Aquino (1225-1274) plantea cinco vías que intentan demostrar que Dios existe

Primera vía: El motor inmóvil
Santo Tomás dice: "Es cierto y consta por el sentido que en este mundo algunas cosas son movidas. Pero todo lo que es movido es movido por otro... por tanto, si lo que se mueve es movido a su vez, ha de ser movido por otro, y éste por otro. Pero así no se puede proceder hasta el infinito... Luego es necesario llegar a algún primer motor que no es movido por nada; y éste todos entienden que es Dios"

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