Kageyama consoló a el pelinaranja, acariciaba cuidadosamente su cabellera, su corazón dolió al escuchar los desgarradores sollozos de la mandarina, era lo único que se escuchaba en ese solitario baño.
Quizás por cuantas cosas tuvo que pasar para llegar al punto de auto lastimarse.
El timbre dando el comienzo de clases los sacó de la burbuja en la cual ambos estaban, Shoyo lentamente se separó de el pecho de kageyama,limpio sus lágrimas y nariz su respiración era demasiado entrecortada haciendo que emitiera unos pequeños jadeos, Tobio solo lo vio en silencio, miró cada movimiento que hacia para limpiar su rostro, el pelinaranja levantó su vista y las de ambos se encontraron.
-Gracias-murmuró hinata.
-Oye no tienes porque agradecer-tomó su rostro con sus manos y acarició su pómulos-Para eso están los amigos-Se sorprendió el mismo al darse cuenta las palabras que salieron de su boca.
Sin duda la mandarina le hacía sentir y hablar cosas que nunca él imaginaría.
Los ojos de hinata nuevamente se aguaron al escuchar las palabras que había pronunciado el pelinegro, limpio rápidamente algunas que intentaban salir y sonrió.
-Deberíamos salir, no queremos llegar tarde a clases-se dio vuelta y camino hacia la puerta.
Kageyama asintió y también se dispuso a salir de el baño, ambos caminaron por los pasillos en silencio hacia su salón, Tobio miraba de reojo a Shoyo quien tenía sus mejillas rojas al haber llorado tanto.
Igual que cuando éramos niños pensó
Ambos entraron a su salón y el primero en sentarse en su pupitre fue Shoyo y unos cuantos pasos más el pelinegro también se sentó en su puesto. La clase clase comenzó y tras una última mirada kageyama prestó atención al frente, de vez en cuando miraba hacia la mandarina para ver que hacía o como seguía. Rasgó un pedazo de papel y escribió en ella
"¿Te sientes mejor?"
Llamó a su compañero de al lado y le pasó la nota y con un ademan de cabeza señaló que se lo pasará a Hinata, este extrañado recibió el papel y leyó lo que tenía escrito, miró hacia Kageyama y asintió con una sonrisa ladeada, tomó su bolígrafo y escribió en el papel.
"Si, me siento mucho mejor Gracias kageyama"
Le entró el papel a su compañero y este se lo entregó al pelinegro.
"Te dije que no debías agradecer boke, más tarde ¿Quieres hablar sobre eso?"
Hizo lo mismo de antes y shoyo volvió a escribir en la nota
"Tal vez otro día"
Kageyama terminó de leer la nota y miró hacia la dirección donde estaba el pelinaranja, este le sonrió y volvió a prestar atención a la clase. Tobio hizo lo mismo y espero a que la clase terminara.
El timbre sonó y rápidamente kageyama se levantó su asiento y se paró frente a Shoyo. Tomó con cuidado su mano y lo dirigió fuera de el salón, caminaron por los pasillos hasta que llegaron a la sala de música, miró hacia ambos lados y se aseguró que nadie los viera y entró en ella.Hinata extrañado espero a que Tobio soltara su mano y camino por la sala mirando cada instrumento que había allí, vio en una de las esquina un piano negro y se acercó a este, paso sus dedos por el teclado y se le quedó viendo por un largo rato. Se giró para ver a Kageyama que estaba con su violín en sus manos.
-¿quieres escuchar algo en particular?-le miró acomodando su mentón el el violín
Shoyo negó con la cabeza y se sentó en el banquillo de el piano mirando hacia el pelinegro. Este cerró sus ojos y comenzó a tocar, movió suavemente el arco de un lado hacia otro, mientras que sus dedos se movían delicadamente por las cuerdas, Hinata quedó embobado al ver lo bien que tocaba, miró cada movimiento que hacia pero su vista se quedó en el rostro de el pelinegro, expresaba tanta tranquilidad, sus ojos cerrados de pronto se abrieron pillando la mirada de shoyo, ambos se sonrieron y hinata de un impulso se giró quedando frente al teclado de el piano, dejó sus manos sobre algunas teclas y cerró sus ojos, sintió la melodía de el violín de kageyama y comenzó a tocar improvisando algo.
Sus dedos se movían delicadamente presionando cada tecla, kageyama se le quedó viendo y sonrió mucho más ampliamente al escuchar la hermosa melodía que tocaba Shoyo, tocó con mucho más animo su instrumento.
Hinata sonrió y miró hacia el pelinegro, Estaba tocando el piano y no se le vino a su mente ese horrible recuerdo que lo perturba.
Pero canto victoria muy pronto.
cuando por fin comenzaba a disfrutar y se estaba dejando llevar la voz de su madre retumbó en su cabeza, rápidamente se alejó de el piano logrando caer de el banquillo por el impulso, miró asustado el piano con su respiración entrecortada, Kageyama rápidamente dejó de tocar y corrió hacia donde estaba shoyo.
Se hincó frente a él y vio que su mirada estaba perdida y como enterraba sus uñas en su muñeca ya dañada, rápidamente quito su mano de su muñeca y tomó su rostro. Le llamó una y otra vez pero su vista aun seguía en el piano.
-Shoyo!-gritó- mírame
Hinata despabilo y miró a los ojos de el azabache.
-Y-yo-intentó hablar-Quiero volver tocar pero no puedo- sintió su voz quebrantarse-No puedo dejar de pensar en ella- algunas lágrimas salieron de sus ojos.
Kageyama extrañado por las palabras que acababa de decir Shoyo limpio rápidamente las lágrimas de el pelinaranja en silencio. No quería verle llorar otra vez.
-Vamos- se levanto y ayudó a shoyo a levantarse- Salgamos de aquí.
Shoyo miró por última vez el piano y salió de la sala, siguió en silencio a Kageyama quien caminaba hacia la máquina dispensadora, compró dos cajas de leche y le ofreció una a Hinata. Este la recibió y los dos en silencio se sentaron en una banca que había allí.
-¿en que piensas cuando tocas?-rompió el silencio Hinata
-En muchas cosas- le miró el pelinegro- pero muchas veces pienso en las personas que quiero
Hinata asintió en silencio y tomó de la leche.
Pensar en las personas que quiere se repetía una y otra vez el pelinaranja.
Kageyama siguió mirando a la mandarina a su lado mientras bebía leche, miles de preguntas bagaban por su mente.
¿Que le hizo reaccionar de esa manera? ¿Recordar a quien? ¿Que es lo que lo atormenta?
El resto de el día pasó tranquilamente, a diferencia de los otros ahora Shoyo ya no estaba solo en los recesos si no que kageyama estaba junto a él, y en el almuerzo Kuroo se les integró también. Las clases llegaron a su fin y ya era tiempo de que fueran al club, kageyama le dijo a Hinata que se adelantara porque tenía que hablar una cosa con Kuroo.
La mandarina deslizó al puerta y no se sorprendió al ver la sala vacía, entró,dejo su bolso a un lado y en silencio se sentó otra vez frente al piano. Respiro hondo con sus ojos cerrados y dejó sus manos sobre el teclado.
-piensa en las personas que quieres- se recordó a sí mismo
(Ponerle play a la song)
De inmediatamente la imagen de el rostro de Natsu se le vino a la mente, con sus dedos temblorosos comenzó a tocar, apretó delicadamente cada tecla, abrió sus ojos y vio sus manos moverse por el teclado, la imagen de su padre apareció ahora en su mente y continuó tocando, se dejó llevar recordando momentos felices junto a Kenta y Natsu, después de un rato la imagen de la sonrisa de su madre apareció en su mente. De inmediato se tensó, pero no dejó de tocar, si no que aún con sus ojos cerrados le tocó aquella canción a su madre. Los recuerdos de cuando él era pequeño y reía junto a ella no se demoraron en aparecer, recordó su primer recital y como su madre con lágrimas en los ojos le felicitó. Tocó la última tecla y abrió sus ojos.
Lo había logrado.
-Esa fue una melodía muy triste- escuchó a sus espaldas.
Rápidamente se giró y vio parado en el marco de la puerta a un rubio con ojos gatunos.
Se paró de el banquillo quedando frente a frente con el teñido,Shoyo se le quedó mirando bien y notó que él era el tipo rubio que Kuroo se iba a hablar siempre.
-lo siento, no sabía que estabas aquí- se disculpó nervioso el pelinaranja
-No tienes que disculparte- camino hacia él y una vez llegó frente a él estiró su mano- Soy Kozume kenma- le sonrió
-Soy Hinata Shoyo- estrecho su mano
-Gustó en conocerte Shoyo-Sonrió sacudiendo sus manos de arriba hacia abajo.
ESTÁS LEYENDO
Melodías del corazón
FanfictionSe conocieron en un frío Día de invierno cuando eran niños, eran inseparables. Pero un día cualquiera Hinata tuvo que mudarse del país sin decir adiós. Luego de seis años vuelve a su país natal y encontrándose otra vez con su amigo de la infancia. P...