Capitulo 36

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Dos semanas habían pasado.

Dentro esas dos semanas Hinata acompañó a sus amigos al aeropuerto y tras darse una larga y dura despedida Nishinoya junto a Asahi se fueron de Japón.

Pero eso no fue lo único duro para la mandarina durante esas dos semanas.

Por una extraña razón Kageyama le ignoraba y evitaba tener algún tipo de contacto con el, cada mañana Hinata llegaba aun  mas  temprano de lo que acostumbraba a aquella esquina donde se reunían para ir juntos al karasuno.

pero el pelinegro nunca llegaba.

lo  esperaba durante horas y aún así no había señal de el. En clases insistía en  acercarse al pelinegro, pero este al ver las intenciones de la mandarina se deba la vuelta y se iba ignorándolo por completo, yéndose a hablar con el rubio de lentes. En las practicas Shoyo esperaba ansioso al pelinegro pero tampoco se presento a estas.

estaba desesperado. Necesitaba hablar con el, saber que era lo que estaba pasando. el porque le evitaba.

pero shoyo no era el único.

kenma durante esas mismas dos semanas todos los días le enviaba un mensaje a Kuroo con la intención de que este respondiera, pero al igual que Hinata era completamente ignorado.

-No se que hacer-soltó un suspiro kenma mirando su teléfono entre sus manos- le he llamado cientos de veces pero no me contesta-giro su rostro para ver a la mandarina sumergida en sus pensamientos-¿Shoyo me estas escuchando?

-¿Ah?-sacudió su cabeza alejando todo tipo de pensamiento con relación a Kageyama- Lo siento-se disculpo-no te estaba escuchando.

-¿Aun no te habla?-pregunto acomodándose en la cama de la mandarina.

hinata negó con la cabeza.

-¿por que no vas a ver a Kuroo?-le dio una mirada al teñido- digo te puede ignorar por mensajes, pero si estas frente a el te tendrá que escuchar de alguna o otra forma-se encogió de hombros.

kenma se quedo pensando un momento en las palabras que su amigo había dicho. era una buena idea pero ¿y si aun así Kuroo no quería hablar con el?.

pero aquel pelinegro le había enseñado que de nada servia cuestionarse toda la vida y luego arrepentirse de no haberlo hecho algo al respecto.

-iré-se levanto de la cama decidido sorprendiendo a hinata. miro la hora en su teléfono, eran las seis de la tarde, si se apuraba y tomaba ahora mismo un bus hacia tokio llegaría al rededor de las diez de la noche.-Le diré a papá que me quedare contigo este fin de semana¿no te molesta?-pregunto llevando su celular a su oído para avisarle a su padre que no se iría a casa aquella noche, a lo que Hinata con una sonrisa entusiasta negó.

¿debería el ir a casa de kageyama para arreglar las cosas?

Tras desearle suerte a Kenma el teñido corrió hacia la estación de buses dejando a Shoyo con una sonrisa ladeada apoyado en el marco de la puerta principal.

-Que le vaya bien, que le vaya bien-repetía una y otra vez con sus dedos cruzados y rogándole al cielo.

Tras cerrar la puerta se encaminó hacia la sala de práctica y se sentó frente a su piano.

En aquellas dos semanas tocar le reconfortaba la ausencia del pelinegro.
(Poner play jeje)

Respiro profundo y comenzó a tocar, presiono lentamente una tecla tras otra con su mano derecha para luego ya con las dos comenzar a moverlas lentamente por todo el teclado, Le encantaba esa canción, no porque era de una de sus películas favoritas. Si no porque era de la película que vio por más diez veces junto a kageyama durante toda su infancia.

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