Capitulo 23

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Kenta le dio una mirada seria a su hijo y con un ademán de cabeza los dos se dirigieron a la sala de práctica.

-¿Quieren jugar a él te?-preguntó la pequeña sacando de la burbuja a los tres presentes.

Los tres sacudieron su cabeza y miraron a la pequeña con una sonrisa.

-Claro-sonrió kuroo tomando la mano de Natsu-para eso vinimos¿no?-miro a sus espaldas

Los dos menores asintieron en respuesta y caminaron hacia el centro de la sala, se sentaron en el suelo frente a una mesita de juguete y allí Natsu comenzó a servirles el té.

Todos estaban jugando y riendo tranquilamente hasta que unos gritos provenientes de la sala donde estaba Shoyo con su padre se hicieron presente. Los tres mayores se miraron pero luego su mirada se dirigió a la pequeña, que jugaba como si nada.

-No le den tanta importancia-Dijo la pequeña "sirviendo un pastel"-Siempre es así-alzo sus pequeños hombros

-¿Siempre?-preguntó kageyama intrigado

-Si, Nii-Chan dice que es su culpa que mamá no esté aquí-le entregó un plato de plástico a Kuroo.

Un silencio bastante incómodo se hizo presente, las miradas confusas y llenas de intriga  viajaban entre los tres amigos.

Una puerta cerrándose hizo saltar en su puesto a los tres y vieron como la mandarina caminaba hacia ellos, se sentó frente a la mesa de juguete estando al medio entre Kageyama y Kenma.

-Perdón-se disculpó-Llegue tarde al té-sonrió forzadamente.

Kageyama miró por unos segundos el rostro de él más pequeño, sus mejillas estaban rojas igual que su nariz, Sin duda había llorado. Sabía exactamente que cuando el pelinaranja lloraba sus mejillas y nariz se enrojecían por su tez blanca.

Los cinco jugaron a él té tranquilamente, Shoyo se reía cuando debía hacerlo pero luego rápidamente volvía a estar serio y cabizbajo, todo el tiempo se la pasó recordando las palabras de su padre.

¿Por que dijo eso?

No quería contarle la historia de su madre y que luego le miraran con lastima, lo último que quería era que le vieran de esa forma.

Ya había oscurecido y como era de esperarse luego de cenar Natsu calló rendida otra vez en los brazos de kuroo.

-Tengo un don con los bebés-miro enternecido a la pequeña-¿no lo crees kenma?-miro con una sonrisa perversa al teñido

-Si, lo que tú digas-dijo indiferente-Creo que es hora de irnos-miro a Shoyo que llevaba los platos sucios a la cocina.

Con sumo cuidado Kuroo se levantó de el sofá y llevó a la pequeña hacia su habitación, la dejó en su cama y bajo las escaleras, tomó su bolso y como kenma y kageyama camino hacia fuera de la casa de el pelinaranja.

-Gracias por venir a jugar con Natsu-sonrió-La pasó muy bien Gracias a ustedes.

-No hay de que- hizo un ademán con la mano kuroo sin darle importancia-Adiós, y gracias por la cena-se despidió caminando junto al rubio que ya iba con su vista pegada a su consola.

Kageyama se quedó un momento frente a Hinata.

-¿olvidaste algo?-preguntó al ver que no se iba

-¿tu...-hablo serio con sus ojos clavados en los de él más pequeño- también la pásate bien?-preguntó

-Cla-claro que si-Titubeo-La pase muy bien-sonrió falsamente

Kageyama miró la sonrisa falsa en el rostro de Shoyo y luego asintió.

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