(Narra París)
Estaba dando vueltas en la cama cuando escuché gritos que captaron mi atención, Estocolmo y Denver estaban teniendo una pelea nocturna en plena madrugada.
Mire el reloj que había sobre la mesita de mi habitación, marcaba las tres de la mañana por lo que decidí intentar no meterme y dormir más ya que había sido un día largo
Pero los llantos de mi amiga me preocuparon mucho más y decidí seguirla al oír cómo abría la puerta de su habitación y salía al pasillo. Dispuesta a ayudarla corri de puntillas hasta la puerta para abrirla con cuidado , tratando de hacer el menos ruido posible. Mire a ambos lados del pasillo y al girar hacia la izquierda me encontré con Nairobi y Mónica hablando en el pasillo
-Nena, nena-corrió Nairobi hacia ella- ¿estás bien?- mientas que esta le preguntaba , yo me acerqué a ellas silenciosamente.
-No, no estoy bien- respondió Estocolmo, algo alterada.
Dallas también llegó hasta nosotras, preocupada ya que le habíamos despertado
-Esque no me extraña, lo he escuchado todo, el mandril te ha sacado hasta la lactancia- Nairobi la agarro por las manos, tratando de comprenderla, apoye una mano en mi hombro para reconfortar la
-Tu eres de la banda- la animé, a los pocos segundos se escuchó una voz a muestra derecha
-¡ Mónica porfavor, no me has entendido bien! - suplicó Denver quien apareció por el pasillo
-¡ Se te ha entendido todo! ¡Antiguo que eres un antiguo!- comenzo a gritar Nairobi
-¡Vuelve a la cama! -le grito Dallas
-¿ Que dices? ¡ No estoy hablando con vosotras! - grito Denver , alterado
-¡ A la cueva! - ordené, enfurecida.
Sin darnos cuenta debido al jaleo, otra puerta se abrió en el pasillo, me giré bruscamente al escuchar la voz del argentino al que tan enganchada estoy
-¿ Que pasa chicas? ¿ que esta pasando acá?- preguntó amablemente Palermo mientras se ataba su batín
Gire la vista ya que sus ojos se encontraron con los míos, nos conocemos desde hace mucho pero desde que llegamos al monasterio no hemos dejado de discutir debido a temas de pasado. Pero yo sigo perdidamente enamorada de él.
-¡ Aquí hasta el coño del patriarcado, hijo!- le indicó Nairobi, cabreada
Mire a Martín, pues no sabía que clase de reacción iba a tener, sorprendentemente parecía calmado y con ganas de escucharnos
-El patriarcado- repitió, acto seguido todos los que habían permanecido en los cuartos,al margen, comenzaron a salir en orden mientras que Palermo continuaba hablando- viejo paradigma y sus múltiples machismos, vamos a hablar de ello.
Arquee una ceja, mirándolo, pues no tenía ganas de una extraña conversación en plena madrugada sobre el patriarcado
-¿ Saben cuál es el verdadero patriarcado?- preguntó, mirándonos a las cuatro chicas
-¿Cual?- pregunto Estocolmo alterada.
-¡ El que tengo acá colgado!- Martín se agarró los cojones en mitad del pasillo, a lo que quede boquiabierta y cerré los ojos con fuerza, preparándome para lo que venía.
-¿ Pero qué carajos les pasa?¡ Son las tres de la mañana! - continuo, lebantandonos la mano
-¡ eh eh te relajas! - grito Dallas
- ¡ Que acabas de llegar! - se unió Tokio
-¡ Palermo por dios!-le grité, tratando de calmarlo
-¡ Anda a lavar los platos, Nairobi!- se dirigió el argentino hacia la mujer
-¡ Tu no eres machista, tu eres gilipollas, vamos!- le grito la nombrada- ¡ que te vayas a tu cuarto, a cortarle los pelos de los huevos! - lanzó su zapatilla contra Pamemo pero este la consiguió desviar de un manotazo.
El descontrol se generó cuando todos perdimos el control , hasta Estocolmo y yo perdimos la calma, y eso que somos las más tranquilas del grupo.
-¡ Palermo vete a tu cuarto!- le grite irritada
-¡Vos te callas la boca, París! ¡ Si no querés restregarme el coño por la cara! - gritó, dirigiéndose hacia mi
-¿Pero que mierdas estas hablando ?- le grité, indignada, es verdad que nos hemos acostado pero eso no le da derecho a decir todo eso tan malsonante.
- ¡ Machista de mierda!- gritó Dallas, no que hizo que todas saltansen contra el.
-Si si, yo y mi polla, mi polla y yo- Nairobi comenzó a imitarlo cuando se escucharon unas palmadas al final del pasillo que frenaron los gritos en seco.
Al girarnos vimos al profesor con su pijama de bibliotecario mirándonos malamente.-¿Sabeis que hora es?- preguntó, señalando su reloj.
Nadie respondió por lo que me vi obligada a hacerlo.
-Las tres de la mañana- dije, con la mirada en el suelo.
-Exacto- Sergio me miró antes de comenzar a hablar en general- y mañana tenemos prácticas con lanza térmica a 3580 grados - informó, me gire hacia Palermo y vi como este le daba la razón, sin darse por aludido.
-Yo creo... que deberíais estar descansados- el profesor nos miró fijamente al ver que no hacíamos nada- a la cama- ordenó para finalizar
Todos se fueron retirando poco a poco a sus habitaciones, mire al argentino por última vez, este me dedico una mala mirada antes de dirigirse a su habitación y cerrar la puerta de golpe. Tape parte de mi rostro con las manos tratando de contener las lágrimas.
-París- llamo el profesor, pero yo ya estaba a punto de cerrar la puerta
Al tumbarme en la cama, solté todas las lágrimas que llevaba dentro, la discusión con Palermo me había afectado bastante pues lo quiero como a nadie.
Pero me hace daño.
Me dormí con la idea de mañana tener una conversación con el
Bueno esto es todo, espero que os haya gustado y podéis pedir otro one SHOOTS de Palermo que queráis.
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𝑳𝒂 𝑪𝒂𝒔𝒂 𝒅𝒆 𝑷𝒂𝒑𝒆𝒍 | 𝑷𝒂𝒍𝒆𝒓𝒎𝒐 𝑶𝒏𝒆 𝑺𝒉𝒐𝒐𝒕𝒔
Short StoryUnas historietas de la casa de papel, la mejor serie del mundo, ahí lo dejo