Cap. 16: El dolor de estar lejos.
Tan misterioso aquello, luna te ama, que brillante, te enamoraste igual
Tú el día, ambos y el deseo de estar a tú lado, así es, uno a la vez
Llamativo, enamoraste a sol, tan tierno, creíste, igual brillaba
¡Te amo! dijo luna de repente, correspondes, amor sellado
"Será, sólo para mí, sólo tú", sol te ciega, lloras, sufres
Regresa luna regresa, a mi lado..., que te extraño
Regresa luna, regresa, ya de noche..., no te veo
.*.
— No lo hagas Yi, no, no, no otra vez, sabes que sufrió.
— Se lo, se todo de él, sé que siempre que algo malo le pasa es porque tu está presente, Wei Tzu, esto lo hago por que no desapareces...— Yi, con la mirada fija en Wei tras el espejo, sin delicadeza alguna las ropas se fueron, el emperador con una sonrisa dibujada en su rostro, su respiración tranquila, y sus ojos, fijos en la imagen tan deprimente, Wei en el piso, de rodillas, rogando por un bien que sabía, no iba a tener forma de detener a Yi, porque dañarlo significaba dañar el cuerpo del castaño.
Tan detrás del espejo,
Lo veo..., lo creo...
Eres tú, lo siento
Estoy tan feliz.
Ningún peso a la piel blanca, ningún toque de la maldición podría realmente lastimarlo, Yi enterraba sus uñas en la piel de Ling, y Ling, mientras era torturado, se mantenía en silencio, porque le apenaba que Wei le escuchara.
Wei, tirado en el piso rogaba, y robaba y rogaba y volvía a rogar, con lágrimas en sus ojos, y gritos estridentes en sus labios, quejándose por ambos del mal trato, Qin~he, miraba todo con asombro, en verdad lo deseaba, pero nunca imaginó que se pudiese volver realidad, sus sueños de repente se cumplían.
— "Que grandioso... tan bellas las expresiones de dolor... ¿Porque algo tan hermoso es tan odiado...?" Wei... agradecerás a Yi, por lo que hace al emperador — Wei hizo caso omiso, a Qin~he no le importó, no mucho porque sus quejidos borraban el enojo de cualquier ofensa...
Las manos de Yi sobre el cuerpo del emperador, un pellizco, una mordida, por ultimo un ligero golpe, tanto que hacía y tan poco que el emperador demostraba.
— Quiero que digas, que digas que me sientes. — Y emperador no dijo nada. — Quiero que gimas, que te quejes por mis tratos.
El emperador con la mirada fija el espejo, Wei lloraba en el suelo, a los pies de Qin~he.
Yi desesperado, un nuevo golpe, Yi se sentía tan frustrado... agredió una y otra vez sin importarle nada, pero el emperador... no dijo nada.
Importa lo que ahora viene, no quiero gritar.
— No me gusta llevar las cosas a los extremos... a ti mi hermoso emperador... te encanta...— el movimiento más brusco, hizo que Ling por fin le mirara, con los ojos abiertos, si no hubiese estado tan enojado, Yi hubiese llorado ante esa mirada, en estos momentos, el lascivo Yi, tuvo una erección, ante la mirada de terror, ante la piel de los muslos internos del cuerpo desnudo que comenzaba a acariciar...
ESTÁS LEYENDO
Placeres del melocotón mordido • FINALIZADO |BL|
RomanceUna leyenda de la dinastía Zhou, hacia el año 500, habla de: Un emperador, un súbdito y un melocotón.