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Desperté y lo primero que ví fueron los ojos de Fez.

—¿Que paso?— Dije sin levantarme aún, disfrutaba estar ahí.

—Ingeriste una droga que no debiste, pero ya que estás bien te llevaré a casa—

—¿Dónde está Rue?— Me levanté de sus piernas.

—Fue a casa— Dijo con su voz calmada y ronca.

Nos quedamos un par de minutos en silencio, yo trataba de recordar las palabras que dije.

—Te tengo que pagar los 300...—

—Dejalo así, yo fui la que te metí en esto—

—No yo debí hacer caso, y llevarme a Rue—

—Tranquila, ya sucedió— En eso recordé que lo último le confesé que me gustaba.

—Mierda— empeze a tartamudear.

—¿Pasa algo?— Se empezó a reír.

—Lo último que dije, yo... Lo lamento, creo que la droga fue tan fuerte que sacó muchas verdades y... Oh mierda, digo no es que me gustes que asco digo no tu, sino que...—

—Hey, para, ya entendí, vamos niña tengo que llevarte a casa—

Subí a su camioneta y me llevo a casa, el camino había sido incómodo, pues la confesión y las demás estupideces que dije eran demasiadas incómodas, aparte en muchas ocasiones nos hemos besado pero le decía que era en juego.

—Bien, llegamos—

—Fez, lamento todo lo que sucedió, y lo que dije yo...—

—Tranquila, no tienes que darme explicaciones, yo también tengo sentimiento hacia ti, pero con esto de las drogas no me gustaría que algo te suceda—

—Entiendo, muchas gracias por haberme traído, encerio y una vez más lo siento, espero vernos luego, adiós Fezco— Baje de la camioneta y me adentre a casa.

—¿Que son estás horas de llegar?— Era mi padre regañando me— ¿Dónde estabas? Contesta Stella ¿Quien es el que te trajo?—

—Estaba con Rue y de ahí fuimos a la tienda y el se ofreció a traerme porque ya estaba oscureciendo— Dije ya cansada.

—¿Te drogas te de nuevo?— Dice mi madre.

—¿Que? No, no lo e hecho desde hace días mamá—.

—¿Estabas con Fez?—Llegas Nate— ¿El te vende la droga?—Ahi fue cuando tengo que actuar.

—¿Que? No espera, el no es, es otra persona aparte es mujer no es hombre—

—No mientas Stella— Dice mi madre.

—Ahora todo de trata sobre mi, sobre mi vida, se que no soy la hija que siempre quisieron tener  pero intento al menos aparentar que estoy bien, trato de llevarme mejor con Nate, pero ustedes siempre tienen que arruinarlo— Subí enfurecida a mi habitación fue un día demaciado largo, quería dormir una buena siesta.

Y no saber de la realidad.

A la mañana siguiente me aliste para irnos a la escuela, me puse un pantalón de mezclilla y una campera rosa nude con unos Adidas blancos, deje mi cabello suelto y con el gorro de la campera baje a desayunar.

Solo tome un jugo de naranja y un hotcake.

—Tenemos que irnos Stella— Dice Nate, tomando su mochila y las llaves de la camioneta.

Tome mi mochila gris y subí a la camioneta.

—¿Es Fez?— Sabía que se refería a las drogas.

—No, el no es, y por más que sospechas de el, no lo haría—

—Si me entero que el fue lo mataré—

—Haz lo que quieras— Ahora trataré de que no sospeche de el en lo absoluto.

Llegando a la escuela me encamino a mi casillero y y veo a Lexi nos fuimos a la clase juntas, pase por lado de Nate y sabía perfectamente que estaba siguiéndome para ver quién era quién me daba la droga.

Entre al salón y me senté junto a Lexi, y así transcurrió mi día, en el almuerzo me senté con Jules y Rue, en eso llegan las porristas junto al equipo de fútbol, empezaron a gritar y festejar que pronto se haría el juego final.

Cosa que no me importaba ni aunque fuera mi hermano.

⚠️ Euphoria ⚠️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora