Capítulo 4

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Alex


¿Es real...?


La conferencia se resume en que Ethan, los teniente y capitanes les explican a todos los nuevos marins, las reglas que se deben seguir al pie de la letra, si no quieren una expulsión.

Al parecer Ethan fue el único que es realmente amable con los nuevos, los demás tienen el ego muy arriba por pertenecer a cargos más altos. Pero dentro de lo que cabe casi no preste atención a la reunión. Mis ojos se concentraron en una sola cosa... la sargento Ambar Leroy. Rubia de ojos claros, rasgos finos y labios redondos de color rosa pálido. Es muy hermosa.

Me considero bastante caballero a diferencia de otros amigos que tengo, pero eso no quita el que de vez en cuando, intente tirarme a una que otra chica sin compromiso.

Me presentan mi cuarto, dejo mi maleta y me recuesto. Ya es de noche, son las 8 y algo. A Scarlett la dejaron en su cuarto, el cual no esta tan lejos del mío.

Me levanto a desempacar mi habitación es un pequeño armario, baño, cama, y un balcón, en la cama pude encontrar ya mi uniforme hecho a la medida  no me quejo. Mañana empieza el entrenamiento, en el que tendré que demostrar todo lo que he aprendido en estos últimos años.

Nock, nock...

Alguien toca mi puerta. Me levanto a abrirla y me encuentro con una Scarlett con dulces y palomitas.

- ¡Hola!, encontré esto en la cafetería - dice con alegría. - ¿Sabías que son 3?, no tengo ni idea de cuánta gente hay aquí, pero con 3 cafeterías son demasiadas.

- Pasa, pero solo escuchare lo que dices si me das palomitas ¿trato? - la reto.

- ¡Trato! - agarra las palomitas y me las entrega mientras pongo una sonrisa de victoria.

Después de haber comido hasta reventar, se fue y coloque la alarma, me recosté quedándome dormido.



Después de haber comido hasta reventar, se fue y coloque la alarma, me recosté quedándome dormido

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Y divicé un barco que zarpaba a una dirección desconocida... cerré los ojos.

Al abrirlos me encontraba en la cubierta, camine al interior del barco, y escuchaba murmullos de los que trabajan allí.

- El capitán estará feliz, por fin la enviaremos a Rusia - dice un uniformado con acento ruso.

- ¿A dónde se la habían llevado? - pregunta su compañero.

"No sé de quién hablan ni que hago aquí."

Hago un intento por hablarles pero, no me ven... simplemente pasan de mi como si no existiera.

- ¿No la haz visto? - continua. - Ven te llevare a que la veas, es hermosa - dice mientras guía a su amigo por las escaleras.

Decido seguirlos a ver si puedo encontrar a alguien que me vea.

UNA LÁGRIMA POR CADA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora