Capítulo 6

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Alex


La ropa al piso y los suspiros al techo



Observo muy lleno de curiosidad, como Ambar a paso muy seguro, termina de entrar por completo a la habitación, cierra la puerta y coloca el seguro, si esto es un sueño ya va siendo hora de que me despierte, no quiero desilusiones.

Camina hasta detenerse delante de mí, está tan cerca que con solo un leve estiramiento de mi brazo puedo llegar a su cintura, se puede sentir la tensión en el ambiente y decido romper con la espera, paso una mano por su nuca y la atraigo a mí, beso suavemente las comisuras de sus labios y puedo sentir un leve suspiro por parte de ella, luego siento como ella posa ambas manos a la altura de entre mi cuello y quijada, suaves caricias son dejadas por sus pulgares y el besó se profundiza.

Sus labios son muy suaves y carnosos, poso mi otra mano a la altura de su cintura, y ella sube una de sus manos a mi cabello, decido lamer sus labios como permiso para invadir su linda boca con mi lengua a lo que ella accede. Nos besamos con urgencia, mentiría si digo que nunca quise esto, pero si no me detengo a preguntar, no podré hacerlo más tarde.

- ¿Ambar no estás saliendo con Ethan? - soy un poco directo, pero es un momento en donde no sé me ocurrió como indagar en el tema de otra manera.

Ella se separa un poco y puedo observar sus mejillas sonrojadas, espero no se haya sentido mal con mi pregunta, sé que no está saliendo con Ethan, lo pregunté más con el fin de saber si tiene alguna relación con alguien más, no la estoy juzgando, creo en el hecho de que las personas son libres de hacer lo que quieran siempre y cuando no afecten a los demás, no me gustan los líos amorosos, no le tengo miedo al amor, pero me gusta tener las cosas claras desde el principio.

- No, él es solo un buen amigo mío nos conocemos desde que entramos en la marina - dice mirándome fijamente - ¿Qué hay de ti y Bravents? - con que alguien ha estado observándome.

- Scarlett, ella es mi mejor amiga, incluso mi hermano de 12 años tendría más oportunidades que yo - le digo a la hermosa sargento en frente de mí.

Y como si eso fuera señal para retomar lo que habíamos pausado una vez más sus labios se ponen sobre los míos, muerdo su labio inferior y succionó, sus manos pasean por mi torso y despeinan mi cabello, el sonido de nuestras bocas hace eco por toda la habitación, procedo a alzar su camisa de tirantes, la voy subiendo por su torso, luego por sus pechos donde se va dejando a la vista un sujetador de encajes color negro que hace un maravilloso contraste con su piel clara, termino de sacar su camisa de tirantes pasándosela por su cabeza y puedo observar lo tan sonrojada que esta.

Poso ambas manos en su cintura y ella se pega más a mí, de un salto enrolla ambas piernas en mis caderas y mis manos quedan en su lindo trasero, entierro mi cabeza en su cuello e inhalo su olor, huele de maravillas, Dios, voy dejando un camino de besos desde su cuello hasta llegar al lóbulo de su oreja para luego morderlo, puedo escuchar un pequeño ruido escapar de ella.

- Lamento decirle mi sargento que tenemos que continuar tan interesante propuesta en un lugar más adecuado - digo mientras subo una de mis manos para tocarla por encima del encaje.

- Ya te estabas tardando - dice retándome como siempre, sonrío con sus labios sobre los míos y comienzo a caminar hacía la cama.

La dejó sentada en la cama, ya que tengo que buscar un preservativo, pero cuando procedo a separarme, ella me empuja y retrocedo un poco, pensado que no quiere continuar, pero lo que hace es sacar un preservativo escondido debajo de su short y comienza a soltar la cinturilla de mis pantalones, baja mis pantalones y bóxer a la vez, descubriendo mi miembro erecto, lo toma  entre sus manos, suelto un leve gruñido.

UNA LÁGRIMA POR CADA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora