Capítulo 5

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Alex


La noche...



Me levante feliz, mi pequeño amigo igual. Vaya sueño el que tuve joder, no tenía sueños mojados desde que tenia la edad de Adam. 

"Ojalá se hiciera realidad". 

 Es que como puedo evitar pensar en semejante mujer Dios... el solo recordarla verla vestida en pijamas me la pone du... deja de pensar en Ambar y lárgate a bañar. Mis pensamientos me ganan, intentare dejar de pensar en ella de esa manera, lo mas probable es que tenga novio, ósea quien no andaría con semejante diosa... quién no mataría por quitarle esa ropa y verla...

Ok, oficialmente tengo un problema. Lo mejor será que me dé una ducha fría para que mi pequeño amigo descanse y se vaya a dormir, mientras yo puedo trabajar tranquilo.

Me baño y me visto. Aún es temprano queda como media hora para que comience el entrenamiento, por lo que lo mejor será que de unas vueltas a la cancha, mientras espero que pase el tiempo. 

Técnicamente pase la prueba 1, hoy empieza la 2, y algo me dice que esta sí es con entrenamiento físico. Es decir, mi especialidad.

Bajo las escaleras de mi habitación y me encuentro con cierta personita trotando.

Ambar...

- Buenos días sargento - le dedico el saludo oficial, - no sabía que venia a trotar a estas horas, aún falta para el entrenamiento - me dijo en sus ojos cuando me miran, tienen un verde que me enloquecen, es como ver una esmeralda brillar con un simple rayito de luz que lo atraviesa. Simplemente son hermosos. Quisiera tenerlos en un llavero para poder verlos siempre. Ok eso sonó medio psicópata, pero lo digo con buena intención.

- Buenos días protegido, no sabía que le gustaba espiar a sus sargentos - me dice mientras arruga la nariz como niña pequeña.

- No la estaba espiando, de hecho vine porque era temprano y quería que usted me espiara a mi mientras yo corría - le coqueteo y ella sonríe, me gusta su sonrisa.

- No podrás salvarte, ni aunque me coquetees - lo dice muy segura de si misma, eso me gusta.

- ¿Quién dijo que lo hago para salvarme? usted póngame el castigo que quiera mi sargento - digo mientras me acerco cada vez más a sus labios. Ella solo se ríe sin más.

- Bueno protegido, te recomiendo que mejor te vayas yendo a el campo a formar tu fila, hoy comenzaremos con el plato fuerte y serás el primero en probarlo ¿que te parece? - dice con tono amenazante.

- Será un placer tomar un platillo hecho por usted mi señora - le sujeto y le doy un beso en los nudillos, mientras me retiro.


...


- Muy bien soldados  no solo deben de tener entrenamiento físico, si no también ético - anuncia la sargento sexy. - Hoy haremos una prueba de ética, quiero ver quien de ustedes es capas de dejar en claro el trabajo en equipo, y que hacer bajo situaciones de estrés... ¡comencemos!- grita.

UNA LÁGRIMA POR CADA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora