Melodía de amor

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- Alastor, demonio radio ¿Te casarías conmigo? – le sonreía de manera gentil - quédate por toda la existencia a mi lado, como la nueva reina del infierno.

Al escuchar aquellas palabras esta vez no pudo evitar dejar caer su sonrisa, siendo que ya una expresión de completo asombro. Miró su mano y el anillo colocado en su dedo corazón. Estaba consciente que en el infierno no había nada como una boda por la iglesia o algo así, pero esto a su parecer debía ser una especie de propuesta de matrimonio formal o eso parecía para él.

- ¿Reina? - dijo apenas en un hilo de voz, definitivamente esto era algo que no esperaba escuchar-Pero... Espera ¿Y Lilith? Se enfurecerá conmigo... - prácticamente no se negaba porque realmente no pensaba que tuviese opción, pero debía recordar que Lucifer estaba casado con Lilith y si de algo estaba completamente seguro es que no quería enojar a la esposa de Lucifer, las pocas veces que la había visto, la recordaba como toda una dama, pero eso no significaba que no hubiera escuchado cosas de ellas, de como ella podía ser un cruel y horrible demonio cuando se le hacía enfadar.

-Ah... Lilith.

La sonrisa de Lucifer decayó un poco cuando escuchó la mención de su esposa o más bien dicho su ex esposa, recordaba que no era sabido para todos acerca de su separación.

-Lilith y yo nos separamos hace años -luego se recompone y vuelve a sonreír muy feliz soltando una leve risa al notar la mueca de asombro en el rostro del ciervo, el cual sentía una mezcla de emociones, alivio por no provocar la ira de Lilith, pero aun un poco de pánico por la situación que estaba enfrentando- ¡Pero eso no importa ahora! Lo que importa es la decisión que tomaras -le vuelve a besar la mano- porque esta vez no te obligare a que tomes la decisión que yo quiera, sino la que realmente te haga feliz-le mira fijo a los ojos, con su sonrisa muy amplia, sabía que Alastor debía estar dudando de su palabra- si tanto temes al que dirán de ti, ahora estaremos juntos realmente, no podrán decir nada de ti porque serás su gobernante.

-Yo... – si era verdad lo que Lucifer decía, podía decir que no, pero de todas maneras estarían juntos después de todo estaba esperando una cría de él, la diferencia es que una forma era como su amante y una puta para su uso personal, y la otra como su esposa, lo cual por mucho sonaba mejor además... Cuando mencionó a Lilith, si no se equivocaba, parecía algo dolido por haberse separado... ¡Que estaba pensando! ¡No iba a sentir compasión por quien se apropió de su existencia, su cuerpo y todo su ser! Se dio un golpe mental y miro de nuevo a Lucifer que se veía ansioso por su respuesta, no de aquella manera aterradora, sino más bien... Emocionado, bueno cualquier opción no era de su agrado, pero sin duda debía escoger la que sería mejor para el-Yo... Acepto, me casaré contigo Lucifer-esperaba haber tomado la decisión correcta.

- ¡Oh mi bella esposa! -su mirada parecía brillar tanto como si fuera otra vez la de un ángel, y se levantó de nuevo para rodearle con sus brazos alzándole y haciéndole girar para la incomodidad del ciervo- ¡Genial! ¡Gracias! ¡Ahora serás la reina! ¡Mi reina! -le baja y toma de nuevo su mano besando el dedo que tenía el anillo y luego se aleja, haciendo aparecer un enorme pergamino que se despliega y hace aparecer también una larga pluma negra- Ahora solo debes firmar y estaremos juntos para siempre, es solo un contrato matrimonial común y corriente, pero si quieres leerlo adelante.

Después del shok inicial por el pequeño festejo de Lucifer, Alastor se arregló un poco sus prendas y miró el contrato, imaginaba que aquel acuerdo no quedaría plasmado solo con palabras. Se acercó para leer el contrato con detalle, siendo que era un demonio que se fortalecía con contratos claro que iba a poner atención hasta el último detalle. En resumen, tenía que ver con ser una "buena esposa", juntos por toda la eternidad, fidelidad, tener a los hijos de Lucifer, amarlos, protegerlos y no intentar dañarlos... Eso le quedó claro cuando le golpeó la cara y la cabeza con su cetro. También mencionaba cosas al beneficio de ambos y otras obligaciones. Podía cumplir con eso.

Fruto de odio y amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora