Hoy fue un día largo, intento estar bien, pero siento un vacío tan angustiante. Casi le escribo, diciéndole que sin él me siento vacía; y estuve a punto. Mis noches se volvieron de insomnios y mis días de lágrimas sin fin, de lágrimas hasta que me duele la garganta, hasta que el cuerpo no me da mas, jamás pensé que pudiese llorar tan desgarradoramente. Tengo miedo, de que por miedo a no volver a sentir lo que siento por el, acceda y acepte menos o tolere tratos no merecidos, o siga dejando que en ocasiones me falte el respetó. Pero en mi cabeza no era tan malo, porque cuando lo besaba el me quitaba hasta el aire; con el teníamos ese amor y de esas químicas que sabes que no encontras todos los días, pero no entendes qué pasa, no entendes cómo es que todo se fue al carajo y cómo con tanto amor llegamos hasta acá. Y lo repaso como un trailer en mi cabeza todo el día, me pregunto un millón de cosas y lloro, me enojo, le pregunto al viento y me pregunto a mi como se supone que se avanza después de esto, con miedo de que por dentro nunca deje de llover, que nunca deje de doler que no pudimos ser todo lo que soñé. Pero mis escritos últimamente han sido sobre el desamor y me pregunto ¿está vez que tengo que aprender? Porque no puedo encontrarle algo bueno a decirle adiós a quien me quita la respiración de un beso, no entiendo cómo puede caber tanto dolor dentro de mi, tanto desgano; y no hay palabras que describan lo que estoy sintiendo. Leo textos todo el tiempo, frases motivacionales, me hablo en la ducha a oscuras mientras lloro y me pregunto ¿por qué elegirme duele tanto? y ¿por qué la vida te enseña las respuestas de las formas más dolorosas?, ¿Por qué las personas aprendemos de las formas más dolorosas?, ¿por qué se supone que tenemos que rompernos para armarnos o encontrarnos?.
Yo quería amarlo sin que nos hiciéramos trizas ¿por qué no pudimos?
Llevo días sin apetito, días sin querer hablar con nadie, días no sabiendo cómo puedo sacar o calmar un segundo todo esto que me está quemando. No sé cómo fingir, no puedo hacerlo y me confío en todas esas veces que dijimos que sin importar que al final del camino nos íbamos a encontrar; yo siempre creí que éramos magnéticos, que sin importar que, nuestras vidas son vacías cuando no estamos el uno con el otro, como es que siendo a quienes nos amamos con locura, siendo mejores amigos, llegamos a esto. No lo entiendo. Y yo sé que si, pero como una estupida me pregunto si él pensara tanto en mi como yo pienso en el, si el sabrá que me quito las ganas de besar otros labios que no fueran los suyos, que me quito las ganas de que alguien que no fuese el se me acerque y no sé cómo es que nunca lo entendió, que mis ojos y mi corazón fueron suyos desde el primer día. De abrazarlo y que todo esté bien; o besarlo y saber que iba a terminar en salvajismos. Y no quiero mis días sin el, se hacen arduos y son casi como arrastrarse hasta que por fin llega la noche y se que voy a dormirme o al menos si mi insomnio me deja apagar la mente ese rato, porque es lo primero que pienso al abrir los ojos y es el ultimo pensamiento antes de dormir. Le dije adiós esperando que me buscara cuando se gustara así mismo, porque yo tampoco me gustaba a mí misma, y aún que él quizá no entienda cuanto amor me costo decirle adiós, tampoco va a entender que lo amo irrevocablemente como jamás ame a nadie, y que mis días sin él, a pesar de, están vacíos. Elegir amarse a veces a veces cuestan los peores precios.