Suelo escuchar demasiado a diario a las personas, prestarle atención a cada una de sus palabras. También oír tan a menudo que están en busca de un amor de película o de una vida llena de aventuras y felicidad. Son las mismas personas que no quieren arriesgarse a decirles que si a dicho amor, porque tienen miedo a ser un poco más heridos. Son las mismas personas que corren lo más lejos posible de las cosas que los tenga que sacar de su zona de confort. Déjenme decirles que estamos hechos a bases de dolor y sobre todo experiencias, que el miedo va a ganarte, mientras vos dejes, que el gane.
Salí, salí corriendo a buscar el amor que tanto deseas, sin miedo, tranquilos, fallamos tantas veces en el dicho amor que los números infinitos quedarían cortos, somos humanos, fallar no es malo, es una enseñanza, que muchas veces ignoramos. Es mentira que el tren solo pasa una sola vez en la vida, es mentira que si no nos arriesgamos esa va a ser nuestra última oportunidad. Cada día tenemos miles de oportunidades, de generar el cambio que nosotros realmente deseamos.
Ahora mi pregunta para vos es: ¿Hasta cuándo vas a dejar que el miedo te gane?
Y lo dice alguien que perdió incontables oportunidades en mi vida por miedo. Hay momentos de decisiones, dejar de tenerle miedo a la vida y sobre todo a las heridas, ellas en algún momento cicatrizan y nos enseñan un poco más. Los fracasos no son malos, pero nuestros miedos si lo son, dejar que ellos nos ganen, es aún peor, porque siempre van a lograr que jamás lleguemos a donde realmente deseamos.
Viví, suena demasiado crudo, pero lo único cierto es que al final del camino, lo probable es que vamos a morir, en algún momento; y lo más triste, es que, ni siquiera sabemos la fecha de tal.
Pero de algo estoy segura, no quiero irme sabiendo que dejé que me ganara el miedo y salí a provocar los cambios que deseaba para mi vida, a buscar el amor que tanto soñaba, la felicidad que tanto quería, el sueño que creo imposible, pero eso, es el miedo, que me hace creer que es imposible y que voy a fracasar. Lo que él no sabe es que mis ganas de salir corriendo a la vida es más grande que cualquier dolor o fracaso que se me pueda llegar a presentar.