Capitulo 10

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-¿Candidata? Pero no somos sus hijas, tenemos familia propia, esto está yendo muy rápido... -Dijo Quetza tratando de asimilar de mejor forma posible la situación.

-Concuerdo con ella, realmente es difícil creer y asimilar todo esto -Reforzo Dulce en un comentario.

-Miren ustedes no tienen porqué saber de los núcleos del tiempo, sin embargo ya lo saben, eso quiere decir que tienen un conocimiento y un potencial de madurez elevado -Dijo Azucena.

-Pero... -Dijo Paola pues notó poca seguridad en lo último que mencionó.

-Han creado situaciones conflictivas en este núcleo, no podemos borrarles la memoria así que haremos que los demás crean que lo han soñado y ustedes serán las únicas que lo sepan.

De repente se abrió un portal dónde Dogo encabezaba la entrada de los hermanos Aigmon y Sugilio, eran realmente apuestos, el primero con su cabello negro y rizos no muy marcados, labios rojizos, piel pálida, ojos verdes, alto como de 1.80 aproximadamente, su ropa era una túnica color vino en una tela delgada mientras que su hermano con cabello gris lacio, ojos color miel, de piel pálida y con una túnica negra.

-Pediste nuestra presencia, aquí nos tienes señora mía -Decia Sugilio arrodillándose frente a ella junto con Aigmon.

-Vamos hijo, ¿Las has elegido a ellas?

-Señora mía, disculpe que me haya apresurado en tal desición sin embargo me escudo en el argumento de que su hijo menor siendo mi prójimo al igual que heredero de este núcleo necesita una dama que le brinde el conocimiento, la madurez y la compañía eterna para poder dejar sucesores y con ello seguir el curso del tiempo -Dijo poniéndose de pie para otorgar una reverencia hacia las chicas que aún no sabían cómo reaccionar- Disculpen que no me haya presentado, Soy Sugilio, Dios de lo correcto y la envidia -Volvio a hacer una reverencia.

-No -Dijo Aigmon levantándose- ¿Por qué necesito casarme? No quiero, ni siquiera me pidieron mi opinión y menos la de ellas.

-Aigmon, sientate y escucha que eres menor que yo- dijo con autoridad el mayor para luego dirigirse a su madre- Por supuesto señora mía, no crea que las he elegido al azar, sucede que tras recopilar información de sus generaciones ambas están unidas por el lazo de la vida, quiere decir que no importa cuántas vidas pasen seguirán encontrándose y también descubrí que dos de ellas poseen la sucesión orbital -Dijo para luego ebozar una sonrisa.

-¿La sucesión orbital? Después de 500 años, ¿y una de ellas es sucesora?- dijo Azucena para luego mirar a las chicas- Permítanme ofrecerles mi hospitalidad, cuando necesiten o gusten de algo pueden pedirlo con toda libertad- comento seguido de una reverencia no tan marcada y mostrar una sonrisa amable.

-¿Qué sucede con ese cambio de actitud?- cuestionó molesta Quetza.

-Oh señorita si me permite- se acercó Sugilio a Quetza colocándose de rodillas- Es un tema del que no debe preocuparse, solo importa su estancia en éste núcleo hasta que hayamos encontrado a la esposa perfecta para mí preciado Aigmon, le pido disculpas por no responder a lo que pidió y si necesita algo más, solo pidalo.

-¡Yo!... -Gritó Paola para luego avergonzarse por la atención que obtuvo debido al medio -Quisiera que de lo que estuvimos hablando y con respecto de sus  verdaderas identidades la tengan todos-

-Mmm, está bien- Azucena de mala gana chasqueo cumpliendo con lo que le pedían- ¿Algo más?

-Tengo una duda, se supone que a partir de ahora tenemos que lidiar con la vida de nuestras generaciones futuras aún recordando nuestras identidades pasadas pero a la vez con eso demostrar si podemos ser herederas, cuando eso suceda, ¿Qué pasará después?- cuestionó Dulce.

¿Eres o Soy Yo? [Chico X Chico]{Yaoi}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora