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Un nuevo día empezaba en la vida de Gheo, la luz traspasaba de la ventana en algunos escapes de su cortina, pues no la cerró bien, y que casualidad que le daba en la cara. Comenzó a abrir sus ojos, despertándose, y se fue sentando en la orilla de la cama mientras se sobaba delicadamente sus ojos.

-Buenos días... otra vez.-

Se dijo así misma, mientras soltaba un suspiro, andaba con una camiseta grande color gris, y solo traía unas pantis negras en la parte de abajo. Descalza, se levantó, y se fue a su baño, era todo tan tranquilo en aquel lugar, aquel lugar que compartió con alguien más de alguna vez.

Para ponernos en contexto, mientras ella está en el baño, ella actualmente sigue viviendo en Kimiland, siendo la única heroína que se quedó luego de que en grupo se fueran a derrotar al villano supremo, luego de aquello, no encontraron nada más que hacer.

Y así se estuvieron dos meses.

El grupo de Gheo fue conformado por cinco hombre, una mujer y ella, siendo la séptima del grupo. Llegaron por primera vez a Kimiland cuando recibieron un mensaje de ayuda por parte del reino, estaban siendo atacados por criaturas muy peligrosas y necesitaban de sus habilidades para poder acabar con ellos, y ella, siendo médica química, fue la más esencial del grupo.

Hubo una vez, que se enamoró de uno de los héroes, cosa que él también correspondió, he iniciaron una relación, linda relación duró alrededor de 10 meses, pero de ser por el aburrimiento del hombre, decidió salir de aventura junto con ella, sin embargo, se retractó, abriendo así la pelea más fuerte de su vida.

Para no aburrirlos, en aquella pelea se reveló que la pareja de Gheo tenía una relación oculta con la otra fémina del grupo, todos sabían esto, menos Gheo. Al poco tiempo de enterarse, el hombre junto con su amante, abandonaron el lugar, yéndose ellos dos de aventura. Gheo se quedó muy mal, así mismo aislándose del exterior, sus otros compañeros la iban a ver, pero esta se negaba a abrirles las puertas.

El desenlace, como todos se aburrían, se fueron uno por uno por su lado, yendo de aventura, sin embargo, se sentían dejando sola a Gheo, por lo que cuando uno se iba, llegaban a la casa de la fémina, y dejaban una nota de despedida en su buzón, y luego se retiraban por donde el aire les guiaba. Gheo por andar aislada, no se ha enterado de nada.

Ahora mismo, luego de un buen rato en el baño, salió, echando un bostezo, fue hacia el armario que tenía para buscar un top (el cual se puso inmediatamente), unos shorts oscuros y un panti extra, dejó aquello encima de su cama. Su casa andaba ubicada literalmente en frente de un lago, el bioma en el que se encontraba era de bosque abedul, por lo tanto daba la sensación bastante tranquila por los troncos rayados y hojas verde oscuro, sin olvidar el canto de los pájaros.

Gheo salió de su vivienda con una toalla en manos, pero se detuvo al ver la caja de correspondencia un poco llena, soltó un suspiro, vaya que si no había salido de casa en un buen tiempo. Fue a la orilla del lago, y dejó la toalla, se quitó solamente la blusa y sentándose en la orilla se fue metiendo a dicho lago, estaba frio, pero era lo de menos, se quedó sumergida de cuerpo completo como por un minuto hasta que no aguantó más y salió a tomar aire, su cabello mojado cubría su espalda, y con sus manos hizo un pequeño cuenco para tomar agua y echársela en la cara, inconscientemente empezó a tararear una canción, siendo esta J'm'en fous pas mal de Edith Piaf.

Pasó un buen rato metida en el lago, se había "purificado" de cierta manera, salió del lago, sentándose en la orilla de este con sus piernas entre cruzadas, como un sentado de chinito, se secó con la toalla su pelo, y parte de su torso, para posteriormente agarrar la camisa y levantarse, he irse para su casa, olvidando por completo las cartas que habían en el buzón. Al estar ya dentro fue a la cocina, buscando algo de comer, lo primero que vio fueron unos panes y unas manzanas, agarró una de cada cosa y se sentó en la mesa, para empezar a comer, hacia ya rato que no hacia esto, pues solo se la mantenía acostada en su cama, cansada de hacer nada. En ello, le llegó algo a su mente.

⭐ 𝙎𝙤𝙡𝙤 𝘾𝙞𝙣𝙘𝙤 𝘿𝙚𝙨𝙚𝙤𝙨 ⭐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora