Hoy ha sido uno de esos días donde he estado en la casa y no encuentro qué hacer. He estado de arriba para abajo, pensando en ese idiota que se atrevió a decirme todo eso. Pensando en todo eso, me doy cuenta de que estoy parada frente a su habitación. Para ser honesta, no sé qué hago aquí, tampoco puedo explicar el porqué he entrado a sin permiso. Este cuarto se ve deprimente, a pesar de estar todo recogido. Le hace falta algo de color, ya que las paredes están pintadas de un tono marrón oscuro. Observo el armario, toda su ropa está bien puesta, no ha dejado de ser organizado. Acercándome a la cama, siento la necesidad de oler sus sábanas, esperando encontrar su olor en ellas. Recuesto mi cuerpo sobre la cama y acomodo gran parte de la sábana entre mis piernas y el otro lo acerco a mi nariz. Sí, este es su irresistible olor; el mismo que hace tanto extrañaba. Nada más de pensar en él, todo mi cuerpo se siente sensible. La abstinencia me está matando. Estoy mal de la cabeza para estar haciendo estas cosas aquí. Mientras yo sufro por no tenerlo cerca, él ha estado haciendo su vida a su manera y lejos de mí. Posiblemente encontró a alguien más, y por eso se ha estado comportando así. Él no puede hacer esas cosas que hizo conmigo, con otra mujer. Él está casado conmigo y debe respetarme. Si le he sido fiel, él tiene que también serlo. Independientemente de si seamos o no una pareja normal, él se volvió mío en el momento que firmó esos documentos y no voy a dejar que otra mujer trate de quitármelo.
Su olor está impregnado en estas sábanas y mi cuerpo está reaccionando a él, como si lo tuviera conmigo. Es la única forma en que lo siento tan cerca. Esos recuerdos invaden mi mente, imaginando cómo me lo hacía, sus expresiones, su brusquedad, su mirada. Incluso recuerdo sus pectorales, las gotas de sudor deslizándose por su rostro y goteando de su barbilla. Mis dedos no pueden calmar este calor o saciar estas ganas que tengo de él. No importa cuán rápido o profundo lo haga, no siento lo mismo. Subo mi otra mano a la altura de mi cabeza y aprieto fuertemente el borde de la almohada, esperando que pueda alcanzar el orgasmo, pero siento algo debajo de mi mano y me detengo. Levanto la almohada y veo una foto bocabajo, la cual despierta en mí curiosidad y la volteo, encontrándome con una foto mía que había hace poco publicado en mis redes sociales. Si ha revelado una foto tan reciente como esta, significa que ha estado pendiente a mí. Entonces si aún siente algo, ¿por qué no me lo dice y prefiere tratarme de esa manera tan cruel? ¿Por qué me evita y no es capaz de decirme la verdad? Todo lo que pasó con mi padre, es algo que tarde o temprano podía pasar. Ya es algo que no se puede remediar, entonces ¿por qué reprimir esto, si incluso estamos viviendo bajo el mismo techo, sin tener la obligación ya de ocultarnos? ¿La culpa o el orgullo puede llegar a tanto?
Bajo a la cocina, preparo comida, me esmero en que quede lo mejor que puedo y la empaco para ir a verlo al trabajo. Las probabilidades de que esté en el cuartel, son muy bajas, pero no pierdo nada viniendo. Veo a una Oficial rubia en el escritorio, es a la primera que me acerco para preguntar por él.
—Sí, está con el Teniente Ramos. Debe estar por salir. ¿Es usted la hermana o la hija?
—¿Hermana o la hija? — analizo con detenimiento su pregunta y niego con la cabeza. ¿Cómo puede pensar eso?
—No, ella es la hija de un amigo. ¿Qué haces aquí, Megan? — escuchar la voz de Jensen, me emociona más de lo que creí que lo haría, aunque su respuesta me pareció fuera de lugar y no voy a quedarme callada.
—No, no soy la hija de un amigo, soy su esposa — le muestro el anillo en mi dedo y ella mira a Jensen—. Mi esposo siempre con sus chistes sin gracia — sonrió y Jensen solo me observa —. Te he traído la cena. Sé que no te has estado alimentando bien debido al trabajo, así que quise traerte esto — le extiendo la bolsa y él no tarda en sujetarla.
—Salimos en diez minutos — le dice al Teniente que estaba acompañándolo—. Ven — camina y lo sigo a la oficina que me lleva, luego cierra la puerta detrás nuestro—. ¿Qué haces aquí, Megan?
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Deseo Reprimido [✓] [EN FÍSICO]
Historia CortaMegan acaba de llegar a sus 21 años; vive su vida al máximo como todo joven. Sin pensarlo mucho, ella pasa sus noches en fiestas, bailes y festejos junto a sus amistades, pero un día la presión de grupo es demasiada y esto la lleva a chocar contra l...