Cuando pensamos que todo estaría bien de ahora en adelante, la vida nos tenía preparado una prueba mucho más fuerte; algo que nos ha destruido a los dos, tal vez por la misma ilusión en que esperábamos a nuestro bebé. Habíamos comprado muchas cosas, pero no todo fue como esperábamos. La visita que le hicimos al ginecólogo, resultó ser que, debido a una insuficiencia hormonal, mi embarazo consistía únicamente de la placenta, el feto se había desintegrado por completo, motivo por el cual tuvieron que realizarme un raspe. Han sido duros estos meses, no hemos podido recuperarnos de esa noticia por completo y, aunque Jensen intenta fingir que todo está bien, no es difícil darse cuenta que aún está afectado por eso.
Hemos decidido protegernos, así como antes y creo que es lo mejor por ahora. He comenzado a estudiar un curso corto de servicio al cliente, así podré trabajar en el centro de llamadas en mi trabajo. Es un puesto que promete hacerme generar más dinero, lo único sacrificado es tener que estudiar de nuevo y el tiempo que hay que invertir; sin contar que el suyo también es sacrificado. Estuve consciente desde el principio de que eso iba a ser así, pero no deja de mortificarme. Cada día lo extraño y lo quiero más.
Salí con Calev y Evelyn de la universidad. Tras el mismo estrés en que hemos estado, decidimos ir a tomarnos una que otra cerveza, nada distinto a lo que hemos hecho de vez en cuando. Son los únicos amigos que tengo y tenemos mucho en común, es por eso que nos lo pasamos juntos. Además de que trabajan en la misma compañía conmigo.
—Tantas pruebas teóricas me volverán loca— se quejó Evelyn.
—¿A ti solamente? ¿No es más fácil hacernos practicar con una persona presente o a través del teléfono? — cuestioné con disconformidad.
—Pienso también que es ridículo, pero solo faltan dos semanas para terminar — Calev se unió.
—Solo espero que valga la pena la espera y la compañía cumpla.
—¿Piensas quedarte en la compañía? — me preguntó Calev.
—¿Por qué crees que hago esto?
—Bueno, conozco de una compañía que está ofreciendo un puesto en el centro de llamadas por $19.60 la hora. Pienso aplicar tan pronto termine.
—No dejes pájaro en mano por uno volando. La compañía ha bregado bien con nosotros, incluso nos están pagando este curso.
—Cuando te encuentres viviendo sola entenderás lo difícil que es mantener una casa. Casi ni me alcanza con el sueldo actual.
—Hablando casa y de soledad. ¿Y tú sugar daddy? — me investiga Evelyn.
—¿Qué te he dicho sobre referirte a él de esa forma? Su nombre es Jensen y no es mi sugar daddy, es mi esposo.
—Lo siento, sabes que lo digo en forma de broma, no lo tomes en serio. ¿Cómo van las cosas con él?
—Bien, van bien. Ya debo irme, tengo que regresar a mi casa. Nos veremos mañana — me despedí sin dar tanto detalles.
Actualmente ese tema me fastidia y me irrita. Jamás imaginé que tener una relación sería tan complicado y estuviera llena de situaciones complejas y distanciamiento.
Regresé a la casa, Jensen aún no ha llegado y sé que vendrá tarde, es por eso que aproveché a preparar comida para mí. Escuché el timbre de la puerta y extrañada me acerqué a abrir. Es la primera vez que tocan la puerta mientras Jensen no está. Llegué a pensar que sería él, pero él tiene su llave. Cuando abrí y vi a mi madre, casi le cierro la puerta en la cara.
—¿Qué hace aquí, señora?
—Tengo todo el derecho de venir a visitar a mi hija.
—¿Y ahora te acuerdas de qué tienes hija?
—Tu padre me contó toda la situación y estoy indignada. No solo contigo, sino también con Jensen. Quiero una explicación de los dos ahora. ¿No está en la casa?
—No está en la casa y aquí nadie te debe explicación de nada.
—No has cambiado ni un poco, Megan. Estoy preocupada por ti, por lo que está ocurriendo y el infierno en que debes estar viviendo. He hablado con tu padre y él no está dispuesto a ceder a esa decisión que tomó, pero yo no acepto esto. Eres muy joven para estar casada con un hombre como Jensen. Ese señor jugó contigo, vio carne fresca y quiso aprovecharse de eso y ahora te ha destruido la vida. No tienes que soportar esto más, hija. Eres hermosa, madura y joven. Tienes un futuro por delante, mereces tener una mejor vida, que cambiar pañales a un viejo que pronto no servirá para nada. A tu padre se le ha volado la olla, es por eso que he venido a recogerte. Empaca tus cosas y ven conmigo. Yo te ayudaré a divorciarte. Conozco un buen amigo que es abogado y puede liberarte de esta carga que estás enfrentando sola. Podrás tener otra oportunidad de esta vez hacer las cosas bien y escoger al hombre indicado para ti, solo debes venir conmigo y dejar todo esto atrás. ¿Qué te parece la idea?
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Deseo Reprimido [✓] [EN FÍSICO]
KurzgeschichtenMegan acaba de llegar a sus 21 años; vive su vida al máximo como todo joven. Sin pensarlo mucho, ella pasa sus noches en fiestas, bailes y festejos junto a sus amistades, pero un día la presión de grupo es demasiada y esto la lleva a chocar contra l...