- Oh, me alegro que estén aquí, soy Mitsuki Bakugou, la dueña de está gran mansión - Se presentó extendiendo la mano hacia la madre
- Un gusto señora Bakugou - Acepto el saludo - Soy Inko Akatani, el es Mikumo, mí hijo
- Hola, señora - Saludo disimulando su nerviosismo
- El gusto es mío, tiene un lindo muchacho - Felicitó amable, sonrojando al menor - Siente se por favor, vienen por el trabajo, ¿verdad?
- Si, venimos por eso
- Bueno, señora Akatani, tiene suerte que todavía queda un puesto para el trabajo, solo necesitará firmar unos papeles con si información personal y será aceptada, claro, si tiene lo necesario para cumplir con este trabajo - Dijo sonriendo sentándose cruzando las piernas
- Oh, no, yo... No soy la que va a trabajar - Dijo la peliverde, acomodándose en su asiento
- ¿No? ¿Y quién irá entonces? - Preguntó la ceniza incrédula
- Iré yo... Señora - Hablo tímido Mikumo, apartando la mirada
- ¿Tu? ¿Cuántos años tienes?
- Tengo 18... - Respondió en un susurro que pudo escuchar la mujer
- Esto no es lo que yo creo ¿no? ¿Lo está obligando a trabajar? - Pregunto sería a la otra mujer
- No señora, no es lo que usted cree, puedo explicarlo - Objetó ella, alarmandose un poco por el tono que uso la rubia
- Señora Akatani, creo que está claro que su hijo no puede trabajar p-
- Señora, déjeme que yo le expliqué - Habló de pronto el pelinegro, parándose de su asiento y dirigiéndose a la poderosa presencia que estaba en frente de ambos
— Bien, soy todo oidos — Hablo con el mismo tono serio, cruzándose de brazos y poniendo toda su atención al de pecas
— B-Bien... — Suspiró y comenzó a explicar — Mí familia, junto conmigo, somos pobres, madre trabajaba noche y día para mantenernos, pero lastimosamente la despidieron de su nuevo trabajo por quedarse dormida, pero no lo hizo por ser floja, sino por qué se cansa y lo da todo, solo por mí y mí hermano — Miró un segundo a su madre quien tenía su mirada verde baja — Yo me ofrecí para trabajar, por qué ella ya no daría para limpiar, cosinar y esas cosas... Señora por favor entienda, esto no es fingido, de verdad quiero ayudar a mí madre, por favor... — Juntó ambas de sus manos en frente de la mujer
— ¿Dónde está el padre?
— Nos abandonó ¿Otra duda? — Respondió seco mientras se reincorporaba el pelinegro
La mujer rubia suspiró y pareció pensar un poco su respuesta, la verdad no quería ofender, pero la mujer no se veía como alguien que podría aguantar su trabajo
— Supongo que no me queda de otra que aceptar — Recogió los papeles que habían en la mesa de cristal — Voy a hacerles algunas preguntas ¿Está bien?
Madre e hijo asintieron
— ¿Cuáles eran sus nombres?
— Yo soy Inko Akatani y mi hijo Mikumo Akatani — Respondió con un semblante más relajado
— ¿Tienen algún otro familiar?
— Tengo otro hijo, Izuku Akatani y mí hermana, pero vive en París, señora, no tengo comunicación alguna con ella
— ¿Cuántos años tiene usted?
— 47
— ¿Paradero?
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La Historia Se Encuentra Temporalmente Pausada
RomanceMikumo necesitaba dinero para su familia, ya que se encontraban literalmente en quiebra Afortunadamente, había algo que lo podía ayudar Su amigo, Denki, le había hablado sobre un anuncio, diciendo que se necesitaba un sirviente en una mansión No l...