cap_38

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─ ¿Y qué pasó después? ¿Ya son novios?

Cómo era de esperarse, Gogo le había contado sobre todo lo que pasó con Yamikumo a su queridísimo primo Eijiro con lujo de detalles.

─ pues.. nada. ─ se rascó su nuca con duda, sin saber con perfección qué contestar ante la última pregunta. ─ supongo que seguimos siendo amigos.

Kirishima abrió demás sus ojos ante la respuesta del heredero. ─ ¿QUÉ? ¡Pedazo de estúpido, virgen! ¡¿Cómo que siguen siendo amigos?!

─ ¡Nosé, hombre! ─ se quejó ante el leve golpe que le había soltado el contrario. ─ ¡No me nació preguntarle!

─ ¿Pero por qué no? ─ el de dientes filosos lo agarró de los hombros mientras comenzaba a sacudirlo rápida y bruscamente. ─ ¡Era el momento perfecto, idiota!

Gogo agarró las manos que lo sostenían al mismo tiempo que lo apartaba, dedicándole una mirada cargada de un leve enojo ante la repentina reacción ajena. Luego suspiró. ─ nosé como hacerlo, Eijiro.. ─ llevó sus palmas a su rostro, escondiendolo . ─ aparte de qué nunca le dije eso a alguien, sentí que faltaba algo ¿Entiendes?

Eijiro pareció analizar un momento lo dicho por su primo, y al hacerlo se cruzó de brazos, marcando su ceja alzada en su cara. ─ ¿A caso quieres salir con esas curcilerias de las citas?

Bakugo asintió repetidas veces a la pregunta.

─ ¡Pues haslo! ─ exclamó levantando sus manos, bajandolas al mismo tiempo. ─ viejo, te sobra el dinero. Puedes llevarlo a dónde quieras y seguro el chico estará a tus pies.

El más bajo formó una mueca con sus labios. ─ es que nosé dónde, maldita sea. ─ dijo. ─ una cena es muy aburrida, un parque de diversiones es muy cliché. No tengo a dónde llevarlo, quiero ser original.

─ mh.. ─ el pelirojo colocó una de sus manos en su barbilla, estaba pensando. ─ creo.. en el bosque hay un lago, pocos hacen eso. Además es muy romántico si lo piensas.

Bakugo encaró una ceja mientras lo miraba directamente, analizando si lo que había propuesto era broma. Cosa que no lo era.

─ hay bichos y mosquitos. ─ comenzó a decir. ─ está todo oscuro a cierta hora, hay ranas. Me da asco.

Eijiro rodó los ojos con fastidio, el tipo realmente era un maricón a veces que hasta llegaba a hartarle.

─ pareces una niña estúpida. ─ le reclamó a su primo. ─ obviamente que haríamos un par de arreglos como por ejemplo: hay velas para iluminar, está el psps ese de mierda para los mosquitos, a los bichos se les mata y a las ranas se les espanta ¡Y listo hermano! Es fácil si piensas positivo.

Con cada idea que dió el pelirojo, Gogo se fue imaginando en como quería que se viera el lugar, lo que lo hizo sonreír de a poco al notar que no era una mala idea.

─ eres un maldito genio, Eijiro.

─ eres un maldito genio, Eijiro

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