Mikumo necesitaba dinero para su familia, ya que se encontraban literalmente en quiebra
Afortunadamente, había algo que lo podía ayudar
Su amigo, Denki, le había hablado sobre un anuncio, diciendo que se necesitaba un sirviente en una mansión
No l...
— Así que... ¿Te irás a trabajar? — Pregunto algo asombrada la castaña — Me sorprende que tu madre te dejara
— Lo se... Yo pensaba que me iba a decir que no, más un sermón bien largo — Respondió el pelinegro sonriendo con nerviosismo
— Bueno, esto significa solo una cosa — Hablo de repente el peliambar
— ¿Que significa?
— Que tienes una gran deuda conmigo — Le sonrió poniendo ambas manos a los lados de sus caderas
— ¿Enserio Denki? — Dijo Yuu
— Nisiquiera me e ido aún, no te apresures — Lo frenó Mikumo, cruzando los brazos
— Pero no te pedí nada todavía
— Lo se, pero lo harás — Le comento con tono de obviedad
— Odio que predigas el futuro — Le dijo divertido el rubio
— Si tu vas a trabajar... ¿Significa que ya no vendrás? — Pregunto la ojimarron, dudosa
— No, si vendré, solo que mis horarios de trabajo son después de la escuela — Aclaró el pelinegro guardando sus libros en la mochila
— Ah... Que bueno
Antes de que tocará el timbre, el trio amigos charló y rió un poco más de cosas triviales
Mikumo pudo relajarse por un momento, estaba muy nervioso Y ese nerviosismo volvió al escuchar el conosido ruido del timbre de salida
Su corazón volvió a latir desenfrenadamente
— Bueno, tenemos que irnos — Dijo Yuu, levantándose
— Si, nos vemos — Se acercó para abrazar al nervioso pelinegro, la pelicastaña también se aproximó
— Te deseamos suerte, cuídate y que no te pase nada — Le hablo preocupado el ojiambar
— Lleva un cuchillo por las dudas — Comento la femenina, abrazándolo por atrás
— Gracias chicos... Me cuidare, lo prometo — Aseguró el de pecas, correspondiendo al abrazo con fuerza, muy en el fondo, tenía miedo
Cuando se separaron, los dos contrarios le sonrieron
— Suerte y saludos a tu madre
Este solo asintió
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Luego de haberse preparado, buscar a Izuku cargar algo de batería en su celular y mirarse miles de veces al espejo, se encaminaba a la mansión de los Bakugo's
Trataba de distraerse con cualquier cosa que veía, sin embargo no podía dejar de imaginar cualquier escena en la que se mandaba alguna cagada y lo despedían por eso
