Capitulo dieciseis

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Estoy parada frente a la puerta de mi casa hace como cinco minutos. No sé qué me espera al entrar, pero ni modo que me quede aquí afuera. Además donde vivo es un vecindario de puros chismosos (o eso dice mi hermana)

-Ten ovarios, Daisy-suspiro para abrir la puerta y entrar a mi casa.

Vacío.

Esa es la pablara que describiría mi casa. Y yo que estaba preocupada por qué diría mi mamá, y resulta que no estaba en casa

Patético Daisy, muy patético.

Mientras me quito los zapatos del infierno y los lanzo a cualquier parte del salón me dirijo a la cocina por algo de comer, ya que tampoco recuerdo si comí algo anoche. Lo único que me sirvo es cereal con leche y pan que quedo del almuerzo de ayer, supongo.

El dolor de cabeza aun esta, pero es leve. Y recuerdo que mi mamá tenía unas pastillas en su habitación, pero si no está lo más probable es que las tenga bajo llave.

Paranoillas de mi mama...

Mientas sigo comiendo miro toda la estancia y mi atención se queda en el teléfono de la casa. El botón está titilando y eso significa que hay un mensaje. Tal vez sea de Jem.

Con rapidez llego al teléfono y oprimo le botón rojo.

"-Tiene un mensaje...-asiento como si estuviera ante una persona y espero- Hija, estaré fuera esta semana. Porque el grupo de cofradía tenemos un retiro. Te deje la tarjeta para que compres comida, pero no gastes todo el dinero y dale de comer al gato. ¡AH! Por cierto recibí tu mensaje ayer y tranquila. No me molestas que te quedes donde Jem.

-Fin del mensaje..."



HOLA CRIATURITAS LECTORAS.

Nos leemos...

Keila Mejia🐼📙

Keila Mejia🐼📙

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Por amor a ti [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora