Capítulo 4: Chico Bestia y Pereza

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Al día siguiente, Chico Bestia tuvo que vivir la misma experiencia de hace dos días, es decir, tuvo un dolor en su entrepierna, haciendo que use los cubos de hielo para regular el dolor, y así camine como tortuga. Llegó a la cocina a sacar un poco de queso de soja; Los otros titanes se quedaron extrañados porque eso no era normal. Starfire dulcemente se acercó al joven y le preguntó:

— ¿Se te cayó la caja de comics otra vez, amigo Chico Bestia?

— Ejem… no. Hice el… — El muchacho se tapó la boca, ya que confesaría su "aventura" en un momento incómodo. Así que cambió de idea. — Estaba haciendo el aseo, cuando de repente un pedazo de vara cayó hacia mi zona, doliendo mucho.

— Oh, glorioso, espero de que te mejores de ese incómodo dolor que tienes en tu zona.

—Gracias Star.

La chica de cabello pelirrojo se acerca al líder del grupo; Ahora era el turno de Cyborg, no para preguntar, sino para molestar…

— ¡Bestita! — El hombre mecanizado le da un palmazo en la mano del chico verde. — ¿Qué hay de tu chica?

— ¿Cuál chica?

— Una que inicia con R y termina con N. Ya sabes a quién me refiero.

— Y siguen en bastos… ¡Te digo que NO me gusta Raven!

— Como quieras, Bestita — Cyborg se aleja de Chico Bestia y corre hacia su garaje a reparar a su "bebé".

Así mismo, Starfire y Robin se fueron del living, dejando solo al cambiaformas; Sin embargo, Raven flotaba hacia la cocina para preparar su té favorito. Como sabía que recordaría esos dos incidentes, tenía que alejarse de ella; aprovechando que preparaba su comida, Gar corrió hacia el pasillo, pero Raven se había percatado de la huida y lo agarró con las manos en la masa, se acercó e hizo su interrogatorio…

— ¿A dónde crees que vas? ¿Te sientes bien? — Indagó Rae con voz de monotonía.

— Ejem… Voy a la tienda de comics y luego a jugar y sí, me siento bien. — La respuesta del chico fue muy rápido y sin cortes. — ¿Ya me puedes soltar? — No hasta que me respondas ¿Por qué te has estado comportándote extraño?

— ¿Raro? No, es que uso racionalmente el tiempo. Por favor, suéltame. — El muchacho imploraba a que Raven lo soltara.

Raven hizo caso, lo dejó libre y el cambiaformas se escapa muy afanadamente; Al principio tuvo un poco de preocupación, ya que posiblemente estuviera viendo a una chica, pero ignoró eso y realizó normalmente su rutina.

Pasó mucho tiempo y eran como las tres de la tarde; Bestita había regresado de la tienda de comics con libros de tipo manga. Como sabía que el resto de sus amigos andaban ocupados en sus asuntos, decidió jugar como era de costumbre.

En Nevermore, como era de costumbre, Raven tenía que cumplir su trato de meditar en su basta mente. Sus otros yos ya habían decidido que Pereza/Grosera iba a ser la siguiente en salir. La chica de capa naranja se encontraba dormida en una rama de su árbol emocional, roncando muy fuertemente.

— ¡Pereza! — Las otras emoticlones gritaron al unísono, haciendo caer a la chica al suelo árido.

— ¡Oigan!... Aaaaaahhhh — Bosteza como si no sintiera el golpe. — ¡¿Por qué me despiertan?! ¡No puedo tener al menos 24 horas de descanso!

corazon caleidoscopicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora