Chico Bestia tenía uno de sus muchos pasatiempos ocultos mientras solía estar solo; esos pasatiempos no los sabía nadie y lo practicaba cuando los demás iban a sus actividades diarias de grupo, fuera de las batallas. Ese pasatiempo era de leer e ir a la biblioteca.
¿A la biblioteca? Claro que sí. Siempre les decía a los chicos sus falsas excusas de ir a los videojuegos o a la tienda de comics, con la intención de irse a la biblioteca de la ciudad. Adoraba leer libros de historia, filosofía, química, geografía y lengua. Lo había heredado de sus padres mientras vivió en África.
Uno de esos días, alistó su morral con sus cuadernos, lápices y libros; encaminó hacia su "santuario secreto", donde nadie se atrevía a ir. O eso pensaba…
Minutos después, el resto de los titanes había regresado de la feria, Starfire estaba entusiasmada de contar sus vivencias con el chico verde, pero al ver que no había nadie, comenzó a llamar.
— ¿Chico Bestia? Amigo Chico Bestia, ¿dónde estás?
— Voy a buscar en su habitación — Cyborg se fue tan ráido como pudo.
— Star, creo que Chico Bestia ha de estar dormido en su cuarto.
— Novio Robin, ¿estás seguro de que nuestro amigo Chico Bestia está experimentando visiones?
— Creo que sí Star.
— Amigos, no está en su cuarto. — Cyborg lo dijo en una forma sorprendida.
— Esto es extraño. Chico Bestia no sueñe ausentarse cuando llegamos.
— No me importa dónde está ese idiota, iré a meditar. — con voz fría, Raven se fue a su cuarto.
— Clásico de Raven. — Cyborg lo dijo como costumbre. — Bueno, ¿Quién quiere tortillas de carne?
— Tortillas ¿eh? — Starfire y Robin dijeron al unísono.
Los tres caminaron a la cocina a preparar la comida.
Raven había llegado, como de costumbre a Nevermore. Al entrar, se encontró con Conocimiento que agarraba una mochila, lista para irse.
— ¿A dónde crees que te vas? — Raven se enoja un poco.
— Bueno, es mi turno de salir. Voy a la biblioteca.
— me imagino que lo has planeado cada vez que iba a meditar, ¿cierto?
— Claro. Quiero conocer toda clase de libros que no fueran tus recuerdos ni tus hechizos.
— Como quieras. No te olvides de la regla.
— No te preocupes, dudo que Chico Bestia se vaya a la bibliotereca.
La chica de capa amarilla caminó fuera del portal y escondidamente se fue a su santuario preciado.
Chico Bestia estaba en un rincón del bibliotecario, leyendo sobre la filosofía de la antigua Grecia, adoraba esa clase de filosofía, por que reflejaba su verdadero yo. Leía la Metafísica, del filósofo griego Aristóteles.
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corazon caleidoscopico
RomancePor un día, cada emoticlón de Raven tendrá una aventura con cierto cambiaformas. ¿Será que Chico Bestia sobrevivirá?