Cap. 16 || Amor

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Finalmente, mi regalo del amigo invisible es el último en salir, y el regalo lo recibo de parte de Carlos.

Me adentro en la sala de los regalos y cojo su guitarra, por orden suya, y una pequeña caja con forma rectangular de terciopelo, que lleva como adorno un bonito lazo plateado. Finalmente vuelvo al salón donde están todos mis compañeros y le doy la guitarra a mi novio. Carlos me obliga a escuchar primero la canción, antes de abrir el regalo en sí.

Para mi sorpresa, no es una canción que ya haya escuchado antes de él. Parece una nueva canción compuesta para ¿mi?

Carlos canta mientras rasga cuidadosamente las cuerdas del instrumento, y de vez en cuando conecta su mirada con la mía. La letra se asemeja perfectamente a todas nuestras idas y venidas, y refleja muy bien nuestra relación. Cuando finalmente mi novio termina la canción, dejo la caja a un lado y me abalanzo sobre él para abrazarle con todas mis fuerzas. Es increíble lo que una canción puede llegar a transmitir, y él ha conseguido procesar todo nuestro amor en una melodia y unos cuantos versos.

– Me encanta, Carlos, de verdad.

– Lo sé, la he escrito yo.

Ambos reímos y le doy un pequeño golpe en el hombro tras su última ocurrencia, para después volver la vista a la caja del regalo.

– ¿Ya puedo?

Carlos asiente y yo cojo apresuradamente la caja, para deshacerme del lazo y abrirla.

Dentro de ella se encuentra un colgante plateado, con una "C" colgando de la fina cadena. La letra está adornada con pequeñas piedrecitas brillantes, y la cadena a la que va sujeta también tiene pequeños detalles brillantes en ella.

– Es... Precioso... ¿Me lo pones?

– Claro, pero primero, ven por favor.

Agarró con fuerza el colgante en mi mano para que no se me caiga y entrelazo los dedos de mi otra mano con Carlos, el cual me esta llevando a la terraza de nuestros amigos, que nos miran entre emocionados y algo saturados de cariño.

Carlos cierra la puerta cuando ambos estamos fuera y coge el colgante con mucho cuidado, el mismo con el que me coloca el colgante, para después dejar un pequeño beso en mi nuca.

– Te he traído aquí porque... Porque te amo, Julia Medina.

Había escuchado el "Te quiero" salir muchas veces de sus labios, incluso escuche el "estoy enamorado de ti" antes. Pero nunca pensé en escuchar esas palabras tan pronto, y menos viniendo de él.

Yo también lo amo, y ambos lo sabemos. Pero saberlo y decirlo son cosas distintas. Escuchar decir a tu pareja que te ama puede ser una de las mejores sensaciones del mundo, cuando el sentimiento es verdadero.

Miro a Carlos, que se muerde los labios con nerviosismo, arrancando pequeños trozos de piel seca. Sus ojos reflejan nervios, miedo.

– Yo también te amo, Carlos.

Las palabras salen de mi garganta sin procesarlas, salen sin más, dejando escapar ese gran sentimiento en pocas palabras. Y de repente, el nerviosismo de él se me pega, y el brillo inquieto de sus ojos se contagia a los míos. Esas palabras dejan una escena bastante curiosa en ambos.

Somos personas adultas, no tenemos 15 años, no somos adolescentes. Pero esta situación nos hace parecerlo.

Carlos se acerca lentamente, con movimientos torpes y nerviosos, para colocar firmemente una mano en mi mejilla y la otra en mi cintura. Yo por mi parte, pongo ambas sobre su pecho. En ningún momento nos hemos dejado de mirar, y el brillo nervioso sigue intacto en ambos.

Finalmente ocurre, ambos con la torpeza generada ante la situación, juntamos nuestros labios. El beso es bastante simple, se podría decir que tiene esa similitud a un primer beso de adolescentes, pero este a diferencia del beso infantil, saca a relucir los sentimientos anteriormente descritos en esas dos simples palabras.

Amor.

Amor puro, bueno y bonito.

Amor que todo el mundo debe tener en la vida, tarde o temprano.

💜

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