Capitulo 3

621 65 67
                                    

El empresario Shin Yaoyorozu se encontraba viendo por el gran ventanal de su oficina con un puro en la mano y un baso de licor en la otra, se encontraba pensando pues desde hace dos días sus hombres le informaron que Momo había desaparecido.

La investigación no debe resultados, todas las camaras de seguridad del edificio estaba por alguna razón desactivadas, y el apartamento de la chica estaba en perfectas condiciones; las puertas no habían sido forzadas o algo parecido.

Se podria decir que la joven desaparecio sin dejar rasto alguno, nadie la vió; que conveniente que ese día ni un solo guardia o recepcionista estaba en la estrada o en el vestibulo. Lo unico que sabían era que ella fue a dar una vuelta un día antes de su primer día de clases, y lo sabían porque ella fue vigilada como siempre a la distancia y la información detallaba que ella hablo con un extraño pero no se le tomo mucha importancia porque la conversación no duro más de dos minutos.

El Yaoyorozu culpo de incompetentes a todos sus hombres ya que no debían perderla de vista, aunque su hija llevara más de un día desaparecida no informo a la policia, y amenazo a sus hombres por si decían una palabra; este ya tenia una idea de lo pasaba asi que se mantenía tranquilo por ahora, y esto asustaba a sus hombres ¿Quien estaría tranquilo cuando su hija estaba desaparecida sin rasto alguno?

Con esto les dejaba claro a los hombres que trabajaban para el empresario y todo aquel que lo conociera, que Shin Yaoyorozu es un hombre que no le importa otra persona más que el mismo, un hombre frio y sin corazón incapaz de amar a alguien en esta vida.

El silencio de su oficina fue interrumpido por la llamada entrante a su teléfono personal, el hombre sabía que tardeo o temprano recibiría esa llamada asi que la contesto.

-Ha sido mucho tiempo no- dijo serio el hombre al teléfono.

-*Vamos al maldito grano, ya sabes lo que quiero*- dijo la voz del otro lado de la línea.

-¿Que ocurre si me niego?- el desinteres en el tema era notable en el rostro del hombre.

-*Despidete de todo lo que conoces*- la llamada fue colgada.

El silencio volvio a reinar en aquel espacio lleno de muebles caros, el dejo el teléfono en su escritorio, le dio una calada a su puro y luego de expulsar el humo decidio lo que haría.

-Voy a intentar hacer alguno bueno esta vez- dijo el hombre de manera tranquila.

.
.
Todoroki se encontraba leyendo un libro para matar su tiempo en esa cabaña a mitad de la nada, recostado con el sofa podía escuchar la lluvia afuera, con su mano alcanzo la tasa de cafe que tiene a un lado en la mesa.

Podria pensar que estaba haciendo algo que toda persona de su edad podría hacer, pero eso cambiaba al recordar en un cuarto tiene cautiva a una joven inocente. A pesar de saber del acto inmoral que estaba cometiendo su rostro permanecia de la misma  forma, seria e inexpresiva; incluso si otra persona lo viera diría que era un ser sin corazón al no sentir arrepentimiento por lo que hizo o algo de empatía por la pelinegra.

Pero su rostro solo reflejaba el caracter que forjo por años y todas sus vivencias han contribuido a que Shoto tenga bajo control cada emoción que nos hace humanos para poder jalar del gatillo cuando debe hacerlo.

Solo una cosa hace que el pierda el control y su rostro cambie de expresión y en estos momentos eso esta en juego y no puedo fallar.

El bicolor miro hacía la dirección de las escaleras por unos segundos antes de levantarse, fue a la cocina para dejar sobre una bandeja una tasa de café y unas galletas; subio cada escalon de forma tranquila hasta que llego a la puerta de su destino.

Run Away | TodomomoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora