Capítulo 1 (Temp.2)

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______'s POV

Sentí como caía al suelo fuertemente. Miré hacia los lados pero no había rastro de mis hermanos. Cuando miré hacia atrás lo única que vi fue un tipo de portal que había creado Cinco, pero nada más. Estaba en un callejón oscuro, sin embrago era de día. Decidí esperar unos minutos para ver si es que el portal del tiempo se volvía a abrir y caían mis hermanos tal y como lo había hecho yo, pero no pasó nada. Cuando ya había pasado alrededor de 20 minutos decidí largarme de ahí, me estaba comenzando a asustar.

Cuando salí del callejón comencé a mirar las calles. Todo estaba tan colorido y las personas utilizaban un estilo de ropa tan diferente. No había ninguna adolescente que utilizara un top como lo hacían normalmente, simplemente estaba en otra época. La gente me miraba raro, y bueno tenían toda la razón, la verdad es que seguía con el uniforme de la academia puesto y estaba muy sucio, al igual que mi cara. Aunque fuera vergonzosa debía de preguntarle a alguien la época. Me decidí por acercarme a un hombre leyendo un periódico. Cuando me vio parada en frente de él despegó su vista del periódico.

-hola- traté de sonar amable- ¿quería saber si es que me podía...?- no me dejó terminar.

-no te daré plata, ahora lárgate- dijo groseramente.

-yo solo le iba a preguntar la época- dije y el señor me miró furioso así que decidí irme. Fui recorriendo calle por calle para ver algún cartel o algo que me dijera en dónde estaba y cuando estaba. Tanto caminar me había dado hambre, revisé mis bolsillos pero no tenía dinero. No creo que si robara algo alguien se daría cuenta, ya que nadie me vería. Decidí hacerlo, mi estómago rugía como un demonio así que no pude no aceptar esa idea. Me dirigí a la primera tienda de comida y snacks que hubiera. Me puse a observar lo que vendían adentro. Había visto un paquete con comida chatarra que estaba en una de las repisas de más abajo. Decidí por llevarme ese, así que me puse en posición de partida, conté hasta 3, y salí disparada bastante nerviosa. En menos de un segundo ya tenía el paquete en mis manos y estaba fuera de la tienda. Hice como que nunca hubiera robado nada y me dirigí a una banca a comer.

La gente me miraba raro por mis apariencias pero no les tomé demasiada importancia. Admito que lo de robar no es bueno pero no sabían lo necesario que era. Luego de comerme el snack me paré y comencé a caminar sin rumbo alguno. Cuando ya me había hartado de que la gente se me quedara mirando decidí que robar una vestimenta no tan cara no sería algo muuuy malo, así que lo haría. Comencé a caminar buscando una tienda de ropa no muy cara hasta que encontré la perfecta. Como antes, busqué las prendas que me llevarían mediante la vista desde fuera de la tienda, y luego salí disparada robándome las prendas, solo que esta vez no paré hasta llegar a un restaurante y meterme en uno de los baños. Cuando me encerré en uno me sentí mucho más aliviada. Rápidamente me cambié y lavé la cara para parecer más decente. Ahora nadie me miraba, solo era una persona más en el montón de personas.

Cuando había salido del restaurante estimé que había pasado una media hora y me dirigí al callejón para ver si es que estaban ahí mis hermanos. Lamentablemente no estaban.

No tenía a dónde ir, y tampoco pensaba dormirme en cualquier lugar como en una banca de un parque. Llevaba pensando en si robarle dinero a una persona para utilizarlo para pagar un hotel, pero me parecía demasiado malvado. Seguí caminando hasta encontrarme con un periódico en el que salía una fecha: 5 marzo 1962. Oh genial estaba para en un año del que no tenía idea de cómo se vivía. Traté de restarle importancia. Volví a ver al señor sentado en la banca y la rabia me regresó. Parecía ser uno de esos señores a los que les sobra el dinero, ya que estaba muy bien vestido, así que no me importó robarle dinero, igualmente yo lo necesitaba más que él. Me acerqué rápidamente utilizando mis poderes, agarré la billetera y me fui corriendo a una esquina para contar el dinero. ¡No se imaginan la cantidad que tenía! Yo con eso me compro una tienda, okey, okey, estoy exagerando, pero igualmente era muchísimo dinero. Le robé la mitad y volví a dejárselo en el mismo y exacto lugar en el que estaba. Nadie se dio cuenta. Fui preguntando persona por persona si es que sabía de algún lugar en el que yo pudiera alquilar habitación hasta que una amable señora me dio una dirección. Venía acompañada de un adolescente que parecía de mi edad, bueno no mi edad real, si no los 13 que yo aparentaba. La amable señora parecía un poco alarmada de que yo anduviera buscando habitación en algún lado.

I used to hate you •Cinco Hargreeves y tú•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora