Frank estaba esperando a Gerard sentando en el sofá. Ese chico de diecinueve años le había gustado desde el primer momento en que lo vió, le pareció totalmente sexy. Definitivamente ese joven lo iba a volver loco. Sabía que no estaba bien fantasear con el hijo de su mejor amigo. Él era un hombre grande, le sacaba quince años más y era imposible que un joven como Gerard estuviera con un adulto como él, quien se la pasa la mayoría del tiempo encerrado en su oficina. El día de hoy, por pedido de su amigo Donald, tenía un trabajo sencillo, vigilar a Gerard. Últimamente el chico se la pasaba yéndose de casa para ir a fiestas y emborracharse hasta no dar más, y la verdad es que su padre Donald estaba casando de que su único heredero llegara tan tarde a casa sólo con la única función de dormir y luego despertarse a la noche para volver a irse. Pero eso había acabado. Donald le prohibió irse de casa de ahora en adelante. Y como tenía un viaje de negocios muy importante por hacer, le pidió a su amigo de toda la vida que cuidara a su hijo este fin de semana.
El castaño escuchó como el pelinegro bajaba las escaleras de la mansión, así que volteó su vista hacia él, y la verdad se le hizo imposible no abrir la boca del asombro al ver lo que sus ojos le presentaban.
Bajaba los escalones con lentitud, con demasiada elegancia y glamour, llevaba puesto una falda corta color negro y unas medias largas hasta las rodillas de color rosa pastel, mientras tenía una musculosa ajustada a su cuerpo de color blanco y su pelo estaba algo alborotado, lo que lo hacía ver jodidamente sexy. Frank tragó saliva con dificultad al ver tal preciosidad, las ganas de hacerlo suyo aumentaban cada vez más.
Toda su atención estaba sobre él, mientras que Gerard sólo miraba su caminar como si nada estuviera pasando, como si usar faldas cortas haciendo que sus glúteos se vean fuera de lo más normal del mundo mientras el amigo de su padre está presente.
—¿Quieres algo de comer? — Preguntó acercándose a él. Frank no respondió, no pudo hacerlo. Se puso duro de inmediato al verlo vestido así. Se sentó a su lado y se cruzó de piernas con elegancia, como siempre acostumbraba a hacer. Sus piernas eran largas y blancas. Su trasero era grande y redondo, en ese momento tenía ganas de romperle el culo con violencia pero debía contenerse, aunque sabía que el pelinegro lo hacía a propósito.
Tragó saliva al ver su vestimenta y trató de mirarlo a los ojos pero no podía, toda su atención estaba en su hermoso y delgado cuerpo que tanto lo excitaba. ¡Debía controlarse! Era el amigo de su padre, debía mantener la calma ante esa situación y tratar de no hacer nada sexual con ese chiquillo.
— Frank — El nombrado lo miró— ¿Quieres algo de comer? — Volvió a preguntar poniendo una mano en su pierna mientras la tocaba con sensualidad, definitivamente quería hacerlo perder la cordura.
— No, gracias — Dijo apenas audible. Veía como movía su mano en su larga pierna.
-—¿Seguro? — Preguntó subiendo un poco su falda, dejando que se le viera su ropa interior. No era ropa interior masculina, era femenina y encima de color rosa, lo que lo hacía volver más loco. También podía ver algo de su trasero, pero no tanto ya que estaba sentado — ¿Seguro que no quieres nada? — Dijo levantándose del sofá. Su voz era seductora y se notaba a kilómetros que quería follar con el de ojos avellanas. Se arrodilló delante de Frank y abrió las piernas del tatuado con cuidado —¿Quieres que te ayude? — Pasó la lengua por su miembro por encima de la ropa. ¡El joven estaba completamente loco!
— No creo que sepas lo que estás haciendo — Respondió tratando de alejarlo. No quería hacer nada con Gerard, por respeto a su padre, claro.
— Sé muy bien lo que hago y también sé que tú quieres Seguía pasando la lengua en su miembro. Sentía su jean demasiado apretado por la culpa del pelinegro. Lo miraba fijamente mientras lamía por encima de la ropa el muy notorio bulto del castaño. También soltaba algunos gemidos mientras pasaba su lengua por allí. Carajo, sus gemidos eran tan femeninos que lo volvían totalmente loco. No entendía cómo es que no estaba haciendo nada por detener al joven de cabello negro, pero en estos momentos no estaba pensando con claridad. Miró con deseo al muy lindo pelinegro que estaba en medio de su piernas, y sin siquiera dudarlo lo tomó del brazo con brusquedad para sentarlo a un lado. Gerard soltó un jadeo cuando se sentó a su lado.

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One-shots •Frerard•
Fanfiction🔥Recopilación de one-shots en donde todos terminan en destroya🔥 #TeamVersátiles 10/08/2020