Prólogo.

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—¡Me alegra que hayas decidido transferirte! —exclama mi amigo a penas llegó a él —. Aunque la razón por la que lo hiciste, no es la mejor — agrega cabizbajo.

Tiene razón, de no ser por el estado de salud de mi padre no estaría aquí.

—Mejor no hablemos de eso —sugiero —. Cuéntame de la universidad.

—Haré más que eso, te explicaré las 3 reglas básicas —enumera —. En primer lugar, los pasillos susurran.

—¿Cómo es eso que los pasillos susurran?.

—Amigo, en esta universidad todo se sabe, los rumores son el pan de cada día y no te gustará estar en boca de todos. —explica.

—Me da igual —me subo los hombros.

—Pues a mí no. Tu mala reputación afecta la mía indirectamente. Segunda cosa que debes saber —continúa mientras caminamos por el campus —, La mayoría de los ingresados vienen de la misma preparatoria. Se podría decir que esta universidad y la preparatoria Sant Marcus tienen el mismo propietario — voltea los ojos. —. Te encontrarás a muchos niños ricos y engreídos por aquí.

Asiento. —¿Cuál es la tercera?.

—Existe la tercera regla es exclusivamente para el sexo masculino de la universidad, y alguna que otra chica. Sabana Reynolds.

—¿Por qué una chica sería una de las reglas?.

—Todos los nuevos tienen una afición por ella. Es la reina de los rumores, ya que algunos piensan que es un maldito ángel caído, otros que es la personificación de la tentación. Lo que si puedo confirmarte es que tiene un cuerpo que desalma, provocando que toda la comunidad masculina quiera tenerla en su cama —rió de lo que dice —. Ahora te ríes pero en el momento en que la veas, vas a sudar frío. Pero no intentes nada con ella, los rumores dicen que es fácil pero no son ciertos, es extremadamente complicada. Aunque entendería si lo intentas, yo lo hice cuando escuché un rumor en dónde decía que era flexible, eso me enloqueció pero no me dejó ni siquiera acercarme a ella.

—Ian, eres mi mejor amigo. Sabes que no dejo llevar por rumores y muchos menos de los que hablen de una mujer.

—Tu intento de caballerosidad me vuelve loco —río ante su comentario —. Espera a verla y te aseguro que te causará una erección —fija la vista en un punto a la distancia —. Justo a tiempo, ahí viene.

Enfoco la mirada en esa dirección y no puedo disimular la sorpresa. ¿Un ángel? ¿Un demonio? ¡Para mí es una maldita diosa! Nunca había visto a una mujer tan hermosa en toda mi vida.

Desborda sensualidad al contonear sus caderas incitando a tu mente a pecar. No obstante, su rostro desborda inocencia ¡Diablos! Ves un rostro así y no crees que pueda hacer algo pecaminoso.

Sin embargo, te dedica miradas de completa frialdad cuando su cuerpo no hace más que calentarte.

Esta mujer es una contradicción ambulante, haciéndote dudar si quieres tener una noche o toda una vida con ella.

Comprendo perfectamente porque hay una regla con su nombre, es imposible no caer rendido a sus pies. La curiosidad de descubrir cómo es en realidad y el deseo de recorrer todo su cuerpo, no se van a ir tan fácilmente.

Pasa junto a nosotros dedicándome una mirada, le sonrió con picardía haciendo que la sorpresa se note en sus ojos, pero en un segundo su mirada vuelve a enfriarse.

Cómo dije, no soy de creer en los rumores y la verdad no me interesan. Pero ahora quiero tenerla entre mis sábanas, aunque correría el riesgo de enamorarme de aquello que esconde detrás del hielo de su mirada.

A decir verdad, me intriga más desnudar su alma que su cuerpo.

—Entonces ¿Qué te pareció? —pregunta Ian.

Sonrió con suficiencia al recordar que por un instante descongele su mirada. —Sumamente hermosa.

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Nota de la autora.
En la parte de arriba, hay una canción que describe a la perfección la historia. Espero que se tomen el tiempo de escucharla.

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