Capítulo 2 (Parte 2)

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Benjamín-

-¿Qué helado vas a pedir? -pregunto observando las opciones.

-No se, cuál sea estaría bien -dice desinteresadamente -. Iré al baño así que pide lo que sea.

-Vamos a querer un helado de Oreo y otro de fresa con chocolate -le pido al muchacho.

La heladería de repente se llena de exclamación y voces. ¿Qué estará sucediendo?.

Todos los comensales miran en una misma dirección, hacia una mesa justo en la esquina de la heladería.

Giro hacia allá y tapo mi boca por la sorpresa e indignación.

Sabana se encuentra sobre la mesa besándose con un desconocido, poco a poco sus prendas van desapareciendo, el cuerpo de el tipo evita que tenga una imagen de su cuerpo.

Camino hasta allá aún con la sorpresa en mi rostro. ¡¿Qué está sucediendo?! ¿Cómo nuestra cita termino así?.

-Sabana, ¿Qué estás haciendo? -digo con un hilo de voz -. ¿Qué se supone que estás haciendo?.

Sus gemidos y jadeos llenan en lugar. Parece no haberme escuchado, está sumergida en las sensaciones y en el sexo con el desconocido.

-¡Sabana?, ¡¿Qué demonios estás haciendo?! -digo más seguro.

-¿Ben? ¿Qué haces aquí? -dice entre jadeos -. No se suponía que vieras eso -se abochorna -, no quería que vieras está faceta de mi.

-¡No querías que viera esto! ¡No me jodas! Se suponía que no harías ésto.

-Has escuchado los rumores de mí ¿Cierto? Esto es lo que hago -el desconocido va bajando su rostro hasta quedar entre sus piernas. Sabana tapa sus senos con sus manos aún mirándome -. Pero aún tengo espacio para ti, puedes unirte a nosotros ¿Si quieres? -estira una mano en mi dirección, cubriendo con la otra sus pechos.

Las personas a nuestro alrededor murmuran, me señalan y se burlan de mi.
El ruido se hace cada vez más fuerte hasta el punto de hacerse insoportable.

Observó a Sabana quien continúa disfrutando de las caricias del desconocido, aún con la mano extendida.

-Esto es lo que soy Benjamín, no cambiaré, todos los saben -la voz de Sabana inunda mi mente -. Esto es lo que soy, lo que siempre he sido -risas de su parte me atormentan. Cubro mis oídos tratando de disminuir el sonido. No lo logro -. ¿Te quedarás conmigo después de descubrir quién soy? ¿Te quedarás conmigo después de saber cómo soy?.

Los gemidos, los susurros y las risas resuenan en la habitación, todos dirigidos a mí.

No puedo seguir soportando ésto, no quiero seguir aguantando está tortura y humillación.

-¡Ya callense! -grito despertando sobresaltado.

Mi respiración está acelerada, detallo en dónde estoy y me tranquilizó la saber que es mi habitación.

-Todo fue un sueño, un mal sueño -me consuelo.

Gracias al cielo mi madre está en el hospital cuidando de mi padre, se habría asustado al escuchar mis gritos.

Paso las manos por mi rostro secando el sudor. La voz de Sabana aún retumba en mis oídos, cada sensación y sonido se sintió tan real, tan vivido.

Por un segundo el miedo, la vergüenza y la decepción no me dejaron pensar con claridad, ni siquiera plantearme la posibilidad de que nada fuera real.

A diferencia del sueño nuestra cita en la heladería fue de lo mejor, reímos, conversamos y disfrutamos cada segundo de nuestra estadía ahí.
Escuchar su risa acompañada de sus ojos brillantes fue lo mejor que pudo sucederme en la semana, y saber que yo era el causante de su alegría lo volvió más gratificante.

Todo salía de maravilla hasta ese tortuoso sueño. Parece que conversación que tuve con Megan me perturbó más de lo que creí, agregando la presión social a la cual siempre está sometida y de la que he sido parte desde que me acerque a ella.

A pesar de eso, algo es seguro, no me arrepiento de haberme fijado en ella, sin importar cuántos chismes puedan inventar sobre nosotros tengo mucha confianza en lo siento por ella y en lo que podría suceder entre ambos.

No siento ni una pizca de vergüenza al tomar su mano, tengo miles de emociones mezcladas cuando beso sus labios, pero nunca decepción o vergüenza.

Entonces ¿Por qué tuve ese sueño?.
De forma inconsciente estaré dudando, o demostrando los miedos que me agobian. ¿Qué puedo hacer? ¿Cómo voy a verla después de esto? ¿Notará en mi mirada el revuelto que existe en mi interior?.
No es sólo un sueño, una pesadilla sin importancia, no define lo que siento, ni lo que quiero, y la quiero a ella.

A medida que vaya desnudando su interior voy a enamorarme de sus cicatrices, esas que marcan su alma y definen quién es ahora. Cuando sepa la verdad no me iré, me quedaré a su lado. Pero sin importar cuántas veces me lo repita, la sensación de miedo no se va.

¿Se irá en algún momento?.

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