Capítulo 12 (Parte 2)

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Benjamín-

-¿Benjamín, desde hace cuánto estás aquí? -pregunta aún somnoliento.

-Llegue hace unas horas pero no quise despertarte.

-Me hubieras despertado, hijo -traga fuerte.

Está es la primera vez que hablamos desde aquel altercado respecto a Sabana, nunca llamo para disculparse y yo no quise presionarlo. Me duele muchísimo que no quiera aceptar su error, él no quiere renunciar a su postura contra Sábana y yo no pienso renunciar a ella.

Si no lo arreglamos, nuestra relación se hará mucho más superficial.

-¿Cómo te va en la universidad? -sonrió. Al menos está intentando mantener una conversación.

-Muy bien, en todas las clases me ha ido excelente. Sabes que soy muy buen en la escuela -divago. Él agacha la cabeza.

Claro que no lo sabe, olvide el pequeño detalle de su desinterés hacia mi persona.

-¿Cómo te has sentido tu? -cedo ante la presión del silencio incómodo.

-Bien, muy bien. Casi me siento como nuevo -hace un pequeño chiste y me río por cortesía.

Está conversación se está tornando más incómoda de lo que puedo soportar. Nuestra relación era más que endeble antes de su comentario sobre Sabana, eso solo hizo que te terminará de ir al carajo.

-¿Cómo ha estado Sabana? ¿Todo está bien entre ustedes? -parpadeo repetidas veces.

-Si, estamos más que bien.

-¿Eso quiere decir que ella es tú...?.

-¿Novia? -asiente ligeramente -. Si, es mi novia -digo con seguridad.

Su mandíbula se presiona. Está conteniendo las palabras que se mueren por salir de su boca, algo me dice que terminaremos en la discusión más grande de nuestras vidas. Bueno, también sería la primera discusión que tendríamos cómo padre e hijo.

-Hijo, no quiero meterme en tu vida, pero como tú padre debo advertirte cuando estás a punto de cometer un error -suspiro. Aquí vamos -. Esa chica no es para nada fácil, todo lo que gira alrededor de ella es complicado, no solo su reputación, también su vida familiar es un desastre, ¿Estas seguro de querer involucrarte con alguien así?. Ben, mírate, podrías estar con quién sea, y ella no debe ser la primera chica linda que se cruza en tu camino.

Me quedó mirando fijamente sus ojos, analizando cada palabra que acaba de salir de su boca. No fue la conversación que esperaba, me imagino más gritos que palabras coherentes, en cambio mi padre me mira con una expresión de calma. Candace tuvo que hablar seriamente con él, y hasta cierto punto, debe entenderme.

-Entiendo todo lo que acabas de decir, lo he analizado y planteado muchas veces -suelta un suspiro -. Sin embargo, lo que siento por ella vence a mí razón. Tienes razón en todo lo que dijiste, ella es realmente complicada, pero eso lo hace mucho mejor -sonrió -. Me tiene obsesionado -me mira sorprendido -. ¿Nunca sentiste algo así por alguien? Qué desde el momento en que la miraste por primera vez, no pudiste dejar de hacerlo. Papá, no quiero dejar de hacerlo.

Suelta otro suspiro y toma mi mano, la aprieta ligeramente.

-Por supuesto que se lo que sientes, también fui joven y estuve enamorado -sonríe perdido en sus recuerdos -. No fui bueno para ella, no le demostré cada día ese sentimiento que me quemaba, y mi falta de afecto termino consumiendo nuestro amor -voltea a mirarme -. Si ella significa eso para ti, no me voy a interponer, pero tienes que prometerme que no cometerás mis errores.

-Lo prometo -le sonrió emocionado -. Gracias por comprender -le doy un abrazo.

Me envuelve en sus brazos al instante. ¿Cuándo fue la última vez que abrace a mi padre?.

-Espero que no te importe pero la invite a la cena de mañana en la noche -vuelvo a mi lugar -. Quería la conocieras y quizás te darías cuenta de la persona maravillosa que es. Tengo que admitir que me relaja no tener que pasar por esa situación incómoda.

-Como dije, si es importante para ti, le daré una oportunidad. Tal vez me termine agradando.

-Estoy seguro que lo hará, nunca había conocido a alguien como ella es... -mis pensamientos están tan descontrolados que no puedo emitir alguna palabra coherente -, no puedo explicarlo, pero te encantará -suelta una carcajada.

-Estás empezando a convencerme de ello.

La puerta se abre, Candace entra con un par de cafés y pastelillos.

-¡Disculpa por la tardanza! La cafetería de la esquina estaba abarrotada de gente, parece que toda la cuidad se antojo de ir ahí justo hoy -voltea a vernos -. ¿Están bien? Hay un aura extraña en la habitación -me extiende un café.

-Estamos de maravilla -responde mi papá besando su mejilla. Candace sonríe mirándome.

-Estamos mucho mejor que eso -anuncio tomando de mi café. Ambos me miran sonriendo.

Ya quiero ver la reacción de Sabana en la cena de mañana.

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