Capítulo 13

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Steve y Bucky se abrazaron durante cinco minutos, y cuando el ambiente se volvió incómodo, se separaron. Ambos sentían que habían cerrado un ciclo, y que uno nuevo había sido abierto. Un nuevo ciclo que con esfuerzo y, posiblemente, dolor podría florecer como una nueva y fuerte amistad. El tiempo se encargaría de decidirlo.

Bucky suspiró un poco menos incómodo, y se debatió entre sí era o no temprano para hablar con su amigo sobre Tony. Decidió que no era conveniente, después de todo, ese había sido el motivo de la pelea semanas atrás.

- ¿Vas a merendar o no, maldita sea? - dijo el pelilargo en broma.

- Claro, no me apures- se quejó el rubio- Oye...

- ¿Qué? - preguntó el Soldado.

- ¿Quieres que le diga a Tony que venga, así merendamos los tres juntos? - el rubio tenía las orejas rojas, pero la mirada fija en su amigo.

Bucky enmudeció. Creía que esa situación podría llevar mucho tiempo, definitivamente, el Capitán no dejaba de sorprenderlo.

- Si a ti no te molesta... Si, me agradaría. No ha pasado un día en que no haya merendado, o desayunado, con él- el Soldado tosió- se siente raro no tenerlo aquí.

-Bien, saldré a llamarlo ¿Sí? - el rubio se levantó rápidamente, y se dirigió hacia la puerta.

- Claro...

Diez minutos después, Tony y Steve entraron por la puerta, ambos sonriendo con incomodidad, pero decididos a intentar merendar en paz, sin discutir ni tocar el tema del beso de hace días, había sido un acuerdo tácito entre ambos.

- ¿Bizcochos y té? Wow, me recuerda mucho a mí abuela- comentó Tony con los ojos brillosos.

- ¿Sí? Son los favoritos de Steve- respondió Bucky en tono de burla- siempre supe que tenía gustos de anciana.

El millonario rió animadamente, mientras el rubio se sonrojaba sonriendo tímidamente.

- Tranquilo, Cap, nos reímos contigo, no de ti- agregó Stark.

-Si, claro, por supuesto- respondió Steve sarcástico.

- Vamos, Stevie, no te enojes- trató de suavizar el pelilargo- pareces una ancianita gruñona. Te faltan los lentes. Tejer ya sabes.

- ¿Sabe tejer? - preguntó el millonario, riendo.

- Veo que tu sentido del humor sigue intacto- murmuró el rubio.

- Obvio, nadie puede borrar mí esencia de esta tierra- se burló Bucky.

- ¿Esencia? Aún estamos hablando de burlarnos del Cap ¿Verdad? - preguntó Tony con tono picaresco.

El pelilargo rió de manera burlona, y Steve no pudo evitar soltar una risa relajada y natural. El millonario los miró a ambos, tratando de disimular el orgullo que le producía el haberlos hecho reír.

- ¿Saben? Yo recuerdo cuando aprendí a cocinar bizcochos- cambió de tema Bucky- ¿Tu recuerdas eso, Stevie?

- Si, cállate, por favor- contestó el rubio con rapidez.

-Oh, por dios, ¿Es una historia vergonzosa? - inquirió Tony.

-Algo así- contestó Bucky.

-No- contestó Steve.

- Ahora quiero saber- exigió el millonario.

-No- se negó el rubio.

-Si- Rio el pelilargo- cuando estábamos en la secundaria, Stevie solía enfrentarse a cualquier matón que se le pusiera en frente. Nunca ganaba, era tan pequeñito, parecía un pollito- Bucky estaba sonriendo, al igual que Tony, mientras Steve se miraba las manos, completamente colorado- un día, en una de nuestras tantas visitas al médico, Steve vio un afiche sobre cómo ganar masa muscular. Entre las tantas sugerencias que decía, estaba consumir muchos carbohidratos. Y esa se convirtió en su única dieta... Pan, fideos, galletas... No quería consumir nada más que cosas con alto contenido de carbohidratos- el Soldado miró al Capitán con ternura- tuve que aprender a hacer bizcochos y cosas con harina porque el maldito no quería comer otra cosa... Naturalmente, menos de dos semanas después, tuvo una reacción alérgica.

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