La depresión es una enfermedad que ataca a miles de personas alrededor del mundo y lamentablemente, yo soy una de ellas.
He perdido mucho a causa de la depresión.
Amigos, familia, trabajos, pero lo que más me ha dolido perder es a él.
Han Seungwoo.
Cuando retrocedo a ver mi vida, los únicos días que no se ven oscuros fueron los que pase con Seungwoo. Pero, era demasiado bueno para ser real y yo solo me encargue de destruir lo único que me hacía feliz.
Mis amigos estuvieron ahí, hasta que todo se salió de control y prefirieron alejarse antes de contagiarse. Ja. Que idiotas, que yo me lastimara no quiere decir que ellos también comenzarían a hacerlo.
Mi familia supongo que solo se cansó de intentar. Me pagaron tantos tratamientos pero jamás ayudo. Me calmaba un poco pero luego todo volvía. Seguro se cansaron de encontrarme casi todos los días vomitando o sangrando en el baño.
No estoy seguro de cuando comenzó.
No recuerdo claramente mi niñez, pero mi madre tenía muchos álbumes de fotos y en ellos parecía feliz. Era un niño feliz.
¿En qué momento me convertí en esta cosa que necesita sentir dolor para sentirse viva?
Mis recuerdos están más claros en la secundaria, pero yo ya me lastimaba. Parecía alguien confiado y altivo, siempre fue mi máscara. Para que nadie viera que me caía a pedazos por dentro.
Recuerdo a muchos decir: Wow Kim Wooseok, tu vida debe ser genial.
¿Qué tiene de genial despertarte cada mañana y sentirte innecesario en el mundo, sentir que solo estás desperdiciando oxígeno y que todos a tu alrededor serían más felices si tú no existieras?
Odio verme en el espejo. Las personas solo ven mi rostro y les parece agradable pero si vieran todas las cicatrices que escondo debajo de mi ropa y maquillaje se espantarían.
Conocí a Han Seungwoo en el consultorio de mi psicólogo. Yo había llegado demasiado temprano y me había dado un pequeño ataque de pánico.
Salí a la terraza a tomar aire, pero al ver el balcón, el terminar con mi vida una vez más fue tentador. Me incline solo para ver qué tan alto estaba, pero el peso de mi cuerpo fue mayor que mis ganas de vivir y cuando estuve a punto de caer, un brazo me rodeo y me regreso al suelo.
Seungwoo era alto, musculoso y cálido. En mucho tiempo, me había sentido a salvo en un lugar.
Entre sus brazos.
—¿Te hiciste daño? ¿Estás bien? —pregunto él y yo solo asentí. Salí de ahí y mi psicólogo ya había llegado así que entre a mi consulta—
Le hable sobre lo tentado que estuve de lanzarme desde su terraza y él juro que bloquearía el acceso para que eso no volviera a ocurrir. Usualmente el Doctor Han me retaba, pero, definitivamente era el mejor psicólogo que había tenido. Estaba sorprendido de la constante paciencia que me tenía.
Cuando salí de mi consulta él seguía ahí.
—Ey Seungwoo —le dijo el doctor Han— Pensé que ya te habías marchado —el chico solo sonrió mientras me veía—
—Solo olvide algo, ya me voy —dijo él—
—Ok. Sé un buen hijo y acompaña a Wooseokie hasta la entrada —dijo el doctor Han—
—Con gusto papá —dijo Seungwoo—
Ambos ingresamos al ascensor y él giró a verme.
—Soy Han Seungwoo ¿Eres Kim Wooseok cierto? —pregunto y solo asentí, deseando que el ascensor llegara rápido al primer piso— ¿Te gustaría tomar un café conmigo?
