Cuidare de ti (Seungwoo × Wooseok)

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Seungwoo estaba caminando entre los techos buscando a su cena cuando un olor bastante dulce embriagó sus sentidos.

Corrió y saltó entre todos los edificios hasta que llegó a la fuente del olor.

Su hermano Seungyoun estaba ahí, mirando hacia abajo.

—¿Qué ocurre? —preguntó Seungwoo mirando en la misma dirección que Seungyoun—

—Le han disparado a esa mujer —dijo Seungyoun señalando hacia el final del callejón. Seungwoo pudo ver un gran bulto en su vientre y el gran charco de sangre—

—Está embarazada —señaló Seungwoo y Seungyoun asintió—

—Perseguí a los delincuentes y acabé con ellos... Pero no sé qué hacer con respecto a ella, aunque la lleven al hospital jamás se salvaría... Pensé en aliviar su dolor pero... Algo me detuvo —dijo Seungyoun y Seungwoo suspiró—

—Los humanos tienen una habilidad única para meterse en problemas —dijo Seungwoo—

—Tú no has cenado aún —dijo Seungyoun— Puedes tomarla

—No es divertido cuando están agonizando —dijo Seungwoo y se encogió de hombros—

—Escucho los latidos del corazón del bebé... —dijo Seungyoun— Deberíamos irnos

Seungwoo asintió pero no se movió. Él también escuchaba los latidos del bebé.

Sabía que no debía pero Seungwoo descendió y se agachó a la altura de la mujer, aún estaba viva.

—Salva a mi bebé —pidió ella—

—¿Tienes idea de quién soy? —preguntó Seungwoo cambiando el color de sus ojos a rojo y dejando que crecieran sus colmillos— Soy el único ser al que no deberías pedirle ayuda

—También eres el único aquí —dijo ella con su último aliento— Por favor... Salva a mi bebé

Ella lo miró una última vez y Seungwoo observó como su vida se apagaba. Si el bebé no salía de su vientre moriría también.

—¡SEUNGYOUN! —gritó Seungwoo y él apareció a su lado—

—Pensé que dijiste que no-

—Ayúdame a sacar al bebé —pidió Seungwoo—

—¿Acaso estás loco? No debemos interferir en la vida de los humanos... El destino de este bebé es morir

—¡Me vale una mierda su destino! Fuiste doctor cuando eras humano... Ayúdame

—No es una buena idea

—Tendrás algo para sacarme en cara el resto de la eternidad —Seungwoo sacó una navaja que solía llevar y se la entregó a Seungyoun— Apresúrate

—Esto no va a terminar bien —dijo Seungyoun mientras abría el vientre de la desconocida—

El olor de la sangre era fuerte y embriagante para ambos pero tenían tantos años siendo vampiros que podían jactarse de su buen autocontrol.

Seungwoo corrió y dejó al bebé en la entrada de un hospital. Se giró y se dijo que jamás volvería a hacer una idioteces como esa.

A pesar de que el departamento en donde vivía Seungwoo quedaba a kilómetros del hospital, él seguía percibiendo el aroma de la sangre del bebé.

Así que dos semanas después estaba de vuelta en el hospital y siguió el aroma hasta la parte del hospital en donde estaba el bebé. Había crecido y tenía unas hermosas mejillas gorditas.

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