TÓXICOS

Capítulo XVII

Allie:

¡La odio! No sé quien es pero ya la odio.

He intentado que lo que ella diga no me afecte, pero sin ni siquiera pensarlo me he metido de por medio diciendo que soy novia de Caleb, ¿por qué? Pues ni puta idea, simplemente lo he hecho.
Ha dicho algo que me ha descolocado, que solo ella sabía lo que Caleb necesitaba.

¿A qué se refiere?

Sabía que en algún momento yo sería poca cosa para él, porque no pertenezco a su mundo, pero esperaba que esto durara un ratito más.

Decido ir a dar una vuelta por la sala sin decir ni una palabra a mi acompañante, cuando llego al otro extremo de la sala mi cerveza ya está vacía, la dejo en la primera mesa que veo y analizo a mi alrededor, veo una puerta que da a un jardín gigante, al principio pienso en salir, pero al final me dispongo a no hacerlo. Noto que alguien pone una mano en mi hombro. Es Carla.

- ¿Qué haces aquí sola?

- Una tal Jessica ha venido a hablar con Caleb y conmigo ha dicho algunas cosas que me han hecho... dudar y necesitaba distraerme y dejar de pensar en ello.- Explico.

- Es una zorra, no le hagas caso.- Aprieta mi mano de forma significativa.- ¡Ya tenemos una excusa para emborracharnos!

Y antes de acabar la frase ya me guiaba hacía la barra, nos bebemos varios chupitos, aunque no logran emborracharme, pero voy lo suficientemente contenta como para animarme a meterme en mitad de la pista con ella. Creía que llamaríamos la atención pero todo el mundo hacia lo mismo. Me lo estaba pasando genial, lo dábamos todo bailando y nos reíamos de los pasos ridículos que hacía la otra.

Estaba siendo una noche perfecta.

Hasta que empieza a hacer calor, mucho calor, la gente esta apelotonada y los sudores de todos se juntaban.
Le hago un gesto a Carla diciendo que me salgo fuera, ella me dedica un asentimiento de cabeza y sigue bailando.

Me acerco a la puerta que da al jardín y esta vez si la cruzo, tomo una respiración profunda, noto todo el aire en mi cara, es una sensación bastante relajante, hasta que a mi mente vuelven Caleb y su amiguita.

- Por fin te encuentro.- Me dice Caleb abrazándome por los hombros.

- Necesito irme.- Digo.- No hace falta que me lleves, llamaré a un taxi.

Y antes de que conteste recorro el jardín rápidamente y abro una puerta cualquiera que da a un pasillo, esta casa es malditamente enorme, y no tengo ni idea de en que dirección se encuentra la salida.

Llego al final del pasillo, giro a la derecha y sigo caminando hasta que Caleb me alcanza.

- ¿Qué haces? - Me pregunta caminando a la par que yo.

- Quiero irme - Murmuro con los ojos acuosos, y ni siquiera sé porque lloro.

- ¿Te lo estabas pasando bien con Carla, no? - Dice cogiendo mi muñeca, eso provoca que me detenga.- Os he visto bailar antes, y parecía que os divertíais.

- Me lo estaba pasando bien. - Admito. - Sólo... no se que me pasa.

Él frunce el ceño y yo aprovecho para soltarme de mi agarre y seguir caminando hacia la salida, no sabía que me pasaba, o sí lo sabia y no queria admitirlo.

¿Qué te va pasar hija? Pues que te mueres de celos.

- ¿Por donde narices se sale de esto? - Pregunto frustrada.

- No vas a encontrar la salida sin mi ayuda. - Dice cruzándose de brazos.

- Dime por donde se sale.