Capítulo 15
Adamary Prescott.
Nos encontrábamos en el hospital y el medico se acercó a nosotras. —Adelante. —Mamá paso primero y luego yo seguida de Malcom. Al entrar él doctor se sentó frente a nosotros. -Tomen asiento. —Obedecimos. —¿cómo te has sentido últimamente Adamary?
—Bien. —Respondí.
—De acuerdo. —Abrió uno de los cajones de su escritorio del saco un sobre que no tardo en abrir —Estos son los resultados previos de los análisis que se te hicieron el día que tu madre te trajo al hospital, como sabrás, un desmayo puede significar muchas cosas, pero debido a que ese día se te hicieron chequeos descartamos muchas de ellas Además de que tenías la presión alta, notamos irregularidades en tus palpitaciones y respiración, es por eso que tuvimos que hacerte estas pruebas, con la autorización de tu madre claro está.
Mamá suspiro con temor. —Doctor ¿Qué tiene mi hija? —Preguntó con total preocupación.
Malcom que se encontraba a mi lado simplemente apoyo las manos en mis hombros y espero a que el médico prosiguiera.
Unos minutos después los tres salíamos del hospital con los corazones hechos añicos ¿Por qué la vida estaba siendo tan cruel conmigo?
Esperaba que las cosas fueran estando cada vez mejor, así era como lo imaginaba, mis expectativas eran altas y no estaba lista para lo que se venía, no creí que en un solo instante alguien pudiera hacerte ver la crueldad de la vida con una sola palabra.
Llegamos a casa y sin decir nada subí a mi habitación. Puse seguro a la puerta y me recosté en la cama, abracé la almohada y las lágrimas comenzaron a brotar sin cesar. Me dolía el corazón.
Tocaron a la puerta y mire el reloj, ya había anochecido. Mire hacia la ventana y estaba oscuro, no me apetecía ver y hablar con alguien.
—¿Se puede? —Era papá. No respondí, seguí acostada en la cama mirando el exterior. Entro y se acercó hasta mí, se sentó a mi lado y me acaricio la mejilla. Sus ojos estaban rojos, supongo que fue porque lloro. Mamá ya debió haberle dado la noticia. —¿Cómo estas, cariño? —Me preguntó. No pude responder. Simplemente suspire con pesar y nuevamente las lágrimas comenzaron a brotar. Me levante y abrace a papá con todas las fuerzas que me quedaban. Él correspondió y me apretó con más fuerza, necesitaba de su apoyo. —No llores amor... Todo estará bien.
Nos quedamos más tiempo así, sin decir nada. Él se acostó junto a mí y me abrazo. Jugó con mis cabellos. No me di cuenta la hora en la que me quedé dormida.
Al amanecer sentí mi cabeza doler. Poco a poco recobre conciencia y me encontraba sola. Fui al baño y me duché. Al terminar baje al comedor, ahí se encontraba mamá y papá conversando con Malcom. —Hola. —Dije al estar ya cerca.
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ROSAS DE PAPEL
عاطفيةPor ti. Por mi. Por nosotros. Cuando la vida nos arrebata a las personas que amamos algo dentro de nosotros se rompe y como si fuera inevitable comenzamos a cargar con pesadas cadenas qué nos impide olvidar. Cruz Medina, un j...