Capítulo 14
Adamari Prescott.
Felicidad.
Todos tenían esa palabra como algo que se debía conseguir, pero no era así. La felicidad era algo que se debía construir con pequeños o grandes fragmentos de nosotros mismos, haciendo y luchando por lo que amábamos.
Yo comenzaba a construir la mía.
El atardecer era agradable, el aire fresco pegaba en mi rostro mientras me encontraba sentada en el pasto abrazada del chico que amaba. Sus susurros llegaban a mis oídos, su tonalidad era tan agradable y hermosa.
Want you back
Cantaba para mí. Me sentía tan afortunada.
Hoy se cumplían dos meses desde la noche donde cruz y yo nos habíamos confesado que nos queríamos. Habíamos tomado la costumbre de salir por las tardes, caminar un poco y quedarnos en el parque a contemplar el atardecer. Había sido para mi una grata sorpresa saber que Cruz aun disfrutaba de las cosas tan simples como esta, estaba descubriendo que en él, seguía existiendo el niño que hace mucho tiempo conocí, era hermoso.
Cada mes aparecía una nueva rosa en mi cofre, era un tesoro que me encargaba de apreciar todas las noches antes de irme a la cama, una costumbre demasiado hermosa.
El lago frente a nosotros era bello, su agua cristalina hacia contraste con los colores del cielo rojizo. Había entrelazado nuestros dedos y los acariciaba en sincronía con la canción que sonaba por los auriculares que compartíamos.
-Los momentos como este son los que quiero para toda mi vida. -Dije apoyándome más a él. Sentí su reír como un suspiro.
Tenia mi cabeza sobre su pecho, podía sentir el subir y bajar de su respirar y escuchar con claridad el latir de su corazón.
-Yo también quiero esto por siempre. -Dijo apoyando su mentón en mi cabeza. Sonreí por sus palabras, sonaban tan sinceras y bellas.
-Te quiero cruz.
Él como reacción me sujeto con más fuerza entre sus brazos. Como amaba sentirlo y tenerlo tan cerca.
Al llegar las siete de la tarde nos despedimos del lugar y nos encaminamos hasta su auto. Durante el camino a casa no dijimos nada. Cruz puso en reproducción una canción. Su letra era tan bella que solo la disfrute mientras miraba por la ventana el camino.
"A lo largo del lejano y extenso viaje que tomé para llegar a ti.
Siempre estuviste en mi corazón (Tú)"
El significado de aquella canción toco mi corazón. Se sentía tan agradable y quería escucharla un poco más.
Mire a cruz que se encontraba completamente atento al camino, se veía tan bien, relajado, tranquilo, en paz y feliz. Sus labios hacían una curva que me mostraban una ligera sonrisa. Cada día me enamoraba más su forma de ser. Por su personalidad podía darme cuenta de que comenzaba a sentirse agradecido y en paz. Lo que éramos cuando estábamos juntos me llenaba de seguridad. Y estaba segura en lo que sabía que podía convertirse, alguien importante y admirable. Era lo que me hacían quererlo aún más.
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ROSAS DE PAPEL
RomansaPor ti. Por mi. Por nosotros. Cuando la vida nos arrebata a las personas que amamos algo dentro de nosotros se rompe y como si fuera inevitable comenzamos a cargar con pesadas cadenas qué nos impide olvidar. Cruz Medina, un j...