Capítulo Uno

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 No soy para nada diferente de los demás, soy un chico cualquiera de secundaria. Mi único problema es que todos mis compañeros ya tienen novia o andan buscando a una chica con quien sostener una relación, pero a mí no me llama la atención ninguna de las mujeres en esta escuela, es decir muchas son bonitas como Brenda de segundo año o Ana de la clase de biología, pero ninguna hace despertar en mí los sentimientos de deseo que escucho que mis amigos expresan.

Mis padres están comenzando a preguntar, quieren saber cuándo les voy a presentar a mi novia; mi grupo de amigos está igual, soy el único jugador de fútbol que no posee una chica a su lado y por eso están comenzando a colocar sobre mí mucha presión social. Estoy empezando a desesperarme, sino consigo a una chica rápido, los demás van a creer que soy un desviado. No puedo permitir que la gente crea eso de mí, sería la vergüenza más grande de toda mi vida.

En esta escuela los chismes se reproducen como conejos, tanto los reales como los inventados, cada cosa que uno haga aquí es algo que todos van a saber muy pronto. Por ejemplo hace días, se descubrió que Sarah Norman estaba embarazada y que su novio la había abandonado, al siguiente día todos lo sabían y comenzaron a burlarse de ella por ser una fácil; pues esa es la forma en la que todos piensan imponerse ante los demás: creen que riéndose de las desgracias de los otros van a poder evitar las suyas. Por lo que si se empieza a expandir el rumor que no tengo novia porque soy mariquita, todo el mundo se burlaría de mí y empezarían a cuestionar mi hombría.

— Apúrate, es tiempo de ir a clase— Me dice Marvin mientras me pega un pequeño golpe en la cabeza. — Dicen que La Bruja vino enojada hoy, al parecer está así porque su marido la abandonó por otra. No entiendo por qué las mujeres se enojan, si nosotros las dejamos es porque ellas no nos complacen lo que queremos.

La Bruja es la maestra de literatura. Es odiada por todos en la secundaria y nadie la quiere ya que siempre anda de mal humor y deja los peores trabajos de todos. Le pusieron ese nombre porque su cara es repugnante, puesto que está llena de verrugas y asquerosos granos. En mi opinión la mujer debería jubilarse ya, es decir, es un cadáver andante y es cuestión de tiempo para que la gente le comience a poner apodos aún más ofensivos.

— A puesto que el esposo de la bruja se cansó de dormir con un costal de papas. — Respondo.

Marvin ríe.

— Odio sus clases. Además me toca sentarme al lado del maricón de Carlos. No sabes cómo detesto a ese chico.

— Es desesperante. Debería de salir del closet de manera oficial. Es decir nadie puede vestirse de rosado y brillos sin ser homosexual.

— Ya estamos preparando la paliza para el día en que por fin acepte que es un mariquita. No vamos a permitir que esta escuela se llene de esos raros. Todos los gais están locos deberían ir al psiquiatra.

— Concuerdo. Los homosexuales deberían de estar prohibidos. Escuché que en la antigüedad los asesinaban, no entiendo porque dejaran de hacerlo. Lo bueno es que no pueden reproducirse. — Doy una carcajada al terminar de decir eso.

Marcela la novia de Marvin pasa por el pasillo, mi amigo le da una nalgada mientras camina, lo que hace que la muchacha se detenga.

— Oye chiquita— Dice después de hacerlo— La falda que estás usando no me gusta. No tienes que mostrar tu cuerpo, puesto que me pertenece sólo a mí.

— Nadie dijo que no sea así— Responde la chica— Soy toda tuya. Pero no me puedes prohibir que muestre mis atributos.

— No quiero que acabes como la zorra de Sara. Ella era una ofrecida y mira donde terminó. Además las chicas solo deben de vestirse para sus novios no para nadie más.

Amarte En Mil ColoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora