Capítulo Seis

4 0 0
                                    

 Acabo de terminar mi clase de geografía, estoy caminando por el pasillo y tengo la intención de ir con el profesor de biología para quejarme y dejar de trabajar con Bryan. Me topo con Marvin y me detengo a saludarlo antes de seguir mi camino.

— Odio los jueves— Dice— son los peores días de la semana. — Me mira de reojo— ¿Por qué vas tan enojado?

— Tengo muchas ganas de darle una enorme paliza al nuevo chico, el becado.

— ¿Qué tanto pasó ayer mientras no estuve?

— El idiota de Manuel me puso un trabajo con el estúpido de Bryan solo porque dijo que no le ponía atención. Es un retrasado.

— Por suerte no vine ayer. Fingí enfermarme, odio este colegio.

— No tienes idea.

Marcela, la novia de mi amigo, llega y se posiciona frente a nosotros, luego le da un beso a Marvin.

— Te extrañé todo el día— Menciona la chica. — No sabes lo difícil que fue no tenerte a mi lado.

— Yo también te eché de menos chiquita— Responde el muchacho— eres lo único que me hace querer venir a este tonto instituto.

— ¡Qué asco!— Digo. — Me va a dar diabetes.

Ambos me voltean a ver.

— Si tuvieras a una novia tan bonita como la mía no dirías lo mismo. — Comenta él.

— No creo que ninguna otra chica de este lugar se compare a mí, pero tal vez puedas encontrar a alguien que al menos lo intente. — Me dirige la palabra la muchacha.

— No gracias, me gusta la soltería. — Argumento.

— ¿Estás seguro?— Dice Marcela— Conozco a muchas chicas que se morirían por estar contigo, eres uno de los hombres más cotizas; luego de mi chico, claro.

— No quiero más mujeres en mi vida, son muy complicadas y fastidiosas.

— Piénsalo. Creo que el mayor candidato a convertirse en el capitán del equipo necesita a una chica.

— Marcela tiene razón— Habla Marvin— consigue una novia, se te hará muy fácil con tu influencia en esta escuela.

Comienzo a fastidiarme, quiero desviar el tema.

— Lo vuelvo a repetir: no necesito complicaciones en este instante.

La pareja me sonríe para luego darse un enorme beso y zamparse la lengua del otro en su propia boca. « Que desagradable » pienso «parece que se quieren tragar la boca del otro ». Me despido y dejo a los dos jóvenes con su calentura.

Camino hacia el salón de biología, aún quedan algunos instantes para que el receso termine y los voy a aprovechar para charlar con el descerebrado del maestro Manuel. Entro en el aula y me coloco justo enfrente de su escritorio, el hombre está calificando algunas pruebas.

— Necesito hablar con usted— Le digo captando su atención de inmediato.

Me voltea a ver y repasa sus ojos por todo mi cuerpo.

— Por supuesto Oliver— Hasta el sonido de su voz se me hace irritante— dígame qué es lo que sucede.

— No deseo trabajar con Bryan, es un tonto insolente.

Me observa admirado.

— Le pido que por favor no se exprese así de su compañero, le recuerdo que la filosofía de esta institución va encontra de cualquier insulto.

Amarte En Mil ColoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora