Capítulo 2 - Los kage son muy extraños

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El clon de Naruto que se dirigía a Uzu fue sorprendido en el momento que llego, una vez uno de sus pies toco la isla de los Uzumaki una gran cantidad de personas lo rodearon con regalos en sus manos, él solo pudo parpadear en múltiples ocasiones mientras veía a todos los que lo rodeaban, no sintió ningún sentimiento negativo provenir de ellos como se esperaría de un ambiente en guerra.

La multitud pronto formo un camino cuando un kage se presentó, la presencia que esa persona emanaba podría abrumar a cualquier enemigo o aliado si eran tomados desprevenidos, sin embargo, para alguien como Naruto o sus clones eso no era nada, no cuando ya te habías enfrentado a una inmensa criatura, a un completo Madara y a una diosa conejo que podría acabar con este mundo si no quisiera recuperar su chakra.

Rubio y pelirrojo se vieron, ojos azul zafiro y gris-violeta se encontraron en una competencia de presencias, al tratarse de un clon de Naruto el poder que la presencia que este emanaba sería similar al de un kage, siempre y cuando estuviera listo para pelear como ahora que era observado siendo examinado.

-No sé porque tanta gente me recibió, no sé porque los regalos pero si quería hablar con usted, uzukage-sama – el clon habló rompiendo el silencio del lugar.

-Entonces sígueme – expreso el kage, desapareciendo en un shunshin.

Desapareciendo a una velocidad superior a la mostrada por el kage, el clon alcanzo al pelirrojo, quien se sorprendió al notar la velocidad del rubio.

El clon tuvo que admitir que la oficina del uzukage era muchísimo mejor que la del hokage, era más amplio y faltaba las grandes pilas de papeles que siempre había visto, él pensó que debieron tener un método más eficiente, al menos hasta que una secretaria ingreso empezando a colocar papeleo que firmar, notó como una de las cejas del kage se crispaba, comprendiendo en ese momento que simplemente había salido de uno para volver y tener otro.

-¿Y si usa el jutsu del segundo hokage para solucionar todo ese papeleo? – el clon sugirió dando el jutsu del cual fue formado.

El kage solo pudo parpadear una veces solo para después golpear su cabeza contra la mesa al percatarse de su estupidez y no darse cuenta, sin embargo, tuvo que mirar al adolescente parado delante de él con sospecha.

-¿Cómo sabes acerca de ese jutsu? – la pregunta fue intimidante pero el clon no se estremeció, Kurama sabía dar más miedo que incluso los tres más fuertes que el original enfrento antes.

-Conozco muchas cosas, desde los jutsus de Kumogakure hasta los jutsus de Kirigakure – no hubo mentiras en las palabras del clon, la guerra le mostró gran variedad de técnicas y habilidades.

-Lo dices como si hubieras participado durante la guerra – el pelirrojo siguió interrogando.

-Es por eso mismo que estoy aquí, quiero acabar con las guerras y sé que usted también – el clon pudo jurar que vio como la sorpresa invadía al kage.

-¿Cómo planeas lograr eso? Hay aldeas que ya están guiadas por el odio causado por la guerra.

-Un odio que todos comparten, un odio que nació del mismo dolor, mayor razón para que comprendan que una guerra no trae ganadores ni perdedores, solo trae desgracia – interrumpió el clon usando un poco la ideología de Nagato.

-En tus palabras hay verdad, mucha de mi gente ya no ve la causa en la guerra y eso que solo hemos estado un par de días en ella – la voz del kage era cansada, triste, cosa que el clon comprendió.

-¿Entonces puedo afirmar que ustedes van a dejar la guerra? – pregunto el clon con curiosidad.

-Sí, ya estaba planeado pero como habrás visto fuimos atacados, habríamos perdido si no fuera por tu llegada – respondió el kage con ligero agradecimiento.

¿Destino? Hmph, lo destruiré por el bien de todosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora