capitulo 14

15 0 1
                                    

Mis manos tiemblan, las llaves caen al piso me agacho deprisa y las recojo, por fin logro abrir la puerta. ¡Dios! El corazón se agita violentamente en mi pecho, mi piel se eriza y siento que arde, perpleja lo miro y sí, hay está el, de espaldas hacia mí, no ha notado mi presencia o por lo menos eso parece sus finas manos tocan una triste melodía... se encuentra sentado frente a un enorme piano, gotas de sudor caen por su ancha espalda mezclándose con la sangre de sus profundas heridas, lentamente me sumerjo en lo que parece un éxtasis, ¿realmente lo estoy viendo?, ¿o solo estoy soñando?, habré penetrado una vez más en esa turbadora vision engañando mis ojos convirtiéndolo en un espejismo?, quiero tocarlo pero el miedo a que solo sea una vision me impide hacerlo, me acerco lentamente la hermosa y triste melodía llena cada vez más mis oídos. ¡Oh dios! Estoy a solo centímetros de el, su cabello esta húmedo por el sudor un mechón cae sobre su frente, sus ojos están cerrados es abrumadoramente hermoso, veo marcas en sus muñecas, su pecho desnudo y herido, las lágrimas caen de mis ojos como un rio impetuoso... sus manos se detienen, la melodía cesa ha notado mi presencia pero sus ojos continúan cerrados, es difícil descifrar la expresión de su rostro parece frio y sombrío nuevamente mueve ágilmente sus finos dedos y esta vez la melodía es agresiva y podría decir que destructiva..

-Alex- menciono su nombre aun asombrada, nuevamente la melodía cesa por fin abre sus ojos y clava su mirada en mí, oh dios esos ojos negros me estremecen, pero han perdido el brillo y ahora los reemplaza una frialdad que me hiela la sangre…

-¿Que haces aquí?- dice por fin en un tono serio y distante.

-Tocas realmente hermoso- digo aun aturdida porque no logro asimilar que este aquí

-Te hice una pregunta- replica en un tono un poco más intenso

-Te he extrañado tanto Alex-

-Márchate Lorena- dice levantándose con dificultad y logro ver marcas y heridas en sus pies

-¿Porque me pides eso?- lo miro confundida, -oh si, Que egoísta soy todo esto es mi culpa entiendo que no deseas volver a verme- digo con el corazón destrozado

-Que importa el cuerpo, si lo que enfermaste fue mi alma-

-No entiendo, ¿de que hablas?-

-¿De que hablo?, realmente le gustaría saber de qué hablo señorita Fortich- dios, no No puede ser posible, bajo la mirada y lágrimas caen de mis ojos me siento la mujer más miserable del mundo y realmente creo que lo soy... se acerca y bruscamente me levántala cabeza obligándome a mirarlo

-Perdóname- digo sin entender aun como lo sabe

-Lárgate, No quiero hacerte daño-

-Hazme daño entonces Alex, pero no me abandones por favor- intento tocar las heridas de su pecho pero me detiene bruscamente, agarra mi brazo con tanta fuerza que no sé cómo logro reprimir el grito de dolor, sus oscuros ojos se detienen en los míos...

-Ya te he abandonado-se dirige a la salida de su apartamento, es un hombre muy fuerte aun tan herido puede moverse de esa forma, lo veo abrir la puerta, mis ojos llenos de lágrimas le suplican que no haga esto, pero me dirige una mirada implacable y fría, lentamente camino hasta la puerta me detengo frente a él...

-Te amo Alex-

-Esa palabra no encaja muy bien en tu boca... ¿qué sabes tú de amor?-

-Lo tengo frente a mí-

-¡Basta!- cierra la puerta tan fuerte que el sonido me turba los oídos, desconsolada caigo al suelo llorando con el dolor más agudo que haya sentido en mi vida, mientras escucho adentro su llanto que me desgarra el alma.

REMEMBRANZADonde viven las historias. Descúbrelo ahora